viernes, 23 de febrero de 2018

El ‘Manifiesto Comunista’. El fantasma que regresa a Europa // Sobrevivientes nipones a los ataques atómicos de EE.UU., enfurecidos ante su nueva doctrina nuclear // Trump respalda que los maestros vayan armados a las escuelas // EE.UU., La caída de la bolsa: ¿cómo 1987, 2007 o 1937? // Unión Europea declara que el bloqueo contra Cuba es ilegal e injusto // Austria: "Las sanciones contra Rusia no han surtido efecto" // Rusia y China desafían al predominio militar de EE.UU.// Brasil: Pericia revela que Odebrecht utilizó pruebas falsas para inculpar a Lula // Estado español: ETA somete a votación su disolución al haber acabado su "ciclo y función" // Los jubilados toman las puertas del Congreso al grito de "Menos ladrones y más pensiones" // URUGUAY: ¿Cómo se reparte la torta en el campo uruguayo? // Radicales Vs. Moderados: fractura y polémica de los autoconvocados

El ‘Manifiesto Comunista’. El fantasma que regresa a Europa

por Eddy Sánchez
El 21 de febrero de 1848 ve la luz la primera edición del libro no religioso más editado y leído del mundo: el Manifiesto del Partido Comunista de Marx y Engels. Se cumplen 170 años de la aparición de un libro clave, que año tras año aparece en el Top cinco de los más vendidos y que en la edición de Nórdica y bajo las bellas ilustraciones de Fernando Vicente, arrolló en ventas en la Feria del Libro de Madrid de 2012.
Ya sea en congresos académicos, seminarios, reediciones, lecturas colectivas o en películas, como la recientemente estrenada El joven Karl Marx de Raoul Peck, el Manifiesto Comunista es uno de los libros políticos que más interés despierta, en un año, además, marcado por el bicentenario del nacimiento de Marx, cuya obra es reclamada con fuerza por una nueva generación de jóvenes marcados por las consecuencias de una década de crisis. Pero, ¿cuál fue el contexto político y social en la que se escribió dicha obra?
'El Manifiesto Comunista' (21 de febrero de 1848)
‘El Manifiesto Comunista’ (21 de febrero de 1848)
El Manifiesto se escribe en un momento de transición dentro del capitalismo, caracterizado por el progresivo paso del capitalismo originario, de carácter concurrencial, de taller y de base artesanal y comercial hacia un capitalismo de industrial, de base fabril y que trae la consolidación definitiva de la burguesía industrial como clase hegemónica en los países centrales de Europa.
Las transformaciones sociales descritas culminan con el ascenso del proletariado y del trabajo asalariado en sustitución del artesano urbano. Estamos por tanto ante un periodo convulso, antesala del periodo revolucionario que se abre con las revoluciones de 1848 y que llega hasta la Comuna de París en 1871 y la posterior aparición de los grandes partidos obreros de masas.
En la primavera de 1847 Karl Marx y Frederick Engels se encontraban exiliados en Bruselas. Por aquellos años Alemania contaba con una base industrial escasa y un proletariado pequeño, que marcaban un fuerte atraso político respecto del potente movimiento socialista francés o de las transformaciones sociales económicas que vivía Gran Bretaña al calor de la Revolución industrial. Expulsados de Alemania Engels marcha a Inglaterra y Marx a Francia, de la que es a su vez expulsado en 1845, huyendo a Bélgica.
Si seguimos los comentarios del historiador británico Hobsbawm, en ese año ambos jóvenes se afilian a la llamada Liga de los Justos (Bund der Gerechten), rama de la anterior Liga de los Proscritos (Bund der Geächteten) organización revolucionaria formada por exiliados alemanes en Francia al calor de la Revolución de 1830, muy influida por el pensamiento republicano radical proveniente de la Revolución francesa, formada principalmente por obreros artesanos de ideología adscrita a las distintas corrientes del socialismo utópico e incluso el anarquismo, que inicia un proceso de clarificación que lleva a su reorganización que concluirá en verano de 1847, con la adopción del nombre de Liga de los Comunistas (Bund der Kommunisten), que decide encargar a Marx y a Engels la redacción de un nuevo Manifiesto de la organización, el Manifiesto del Partido Comunista.
El Manifiesto Comunista fue escrito entre verano de 1847 y enero de 1848, apenas un mes antes de la Revolución de 1848 que derroca en Francia a Luis Felipe de Orleáns, que desata una ola de revoluciones en gran parte del continente. Luis Felipe era conocido como el “Rey Burgués”, el cual llegó al poder gracias a la Revolución de 1830, derrocando a la Monarquía absoluta e instaurando una monarquía parlamentaria que supone la consolidación de la burguesía comercial como clase dominante, la cual establece un pacto con la vieja aristocracia que establece un marco político estrecho para las necesidades de expansión del capitalismo industrial, y que suponía a su vez, un obstáculo a las demandas de la poderosa clase obrera de base artesanal. Periodo por tanto clave que se puede caracterizar de la siguiente forma:
A nivel político, el final de la monarquía constitucional y el inicio del estado republicano francés en 1848, periodo que corresponde con el ascenso definitivo de la burguesía industrial, la cual traza una alianza con la burguesía comercial de Marsella y con los estratos medios y sectores financieros de la potente burguesía parisina, suponiendo el definitivo declive de la aristocracia rentista urbana y de la aristocracia rural. Nuevo régimen que se centrará en el impulso pleno a las relaciones de producción capitalistas dentro de la creación de un nuevo estado de base republicano.
A nivel económico, supone la progresiva sustitución de capitalismo concurrencial, que tenía en el taller su unidad productiva principal y en el artesanado su organización del trabajo fundamental. Etapa larga y conflictiva hacia un capitalismo industrial, que tiene en la fábrica su base material fundamental y en la definitiva formación de una división capitalista del trabajo basado en el uso generalizado de las máquinas, la aparición del trabajador industrial y el predominio de la relación salarial como relación social predominante hasta hoy. Con esta fase aparece la manufactura como el eje central del moderno capitalismo industrial.
A nivel social, las sociedades europeas desarrolladas se enfrentan a la progresiva sustitución del trabajo artesanal, donde el proceso de trabajo se identifica con la sucesión y la conexión de las fases de todo el trabajo realizado por cada artesano; por la aparición de la manufactura y las leyes técnicas que presiden la descomposición y recomposición del trabajo impuestas al obrero industrial de forma autoritaria por el capitalista, ya con pleno control sobre el proceso de trabajo dentro de la fábrica. Periodo traumático y conflictivo que supone la progresiva desaparición del artesano por una cada vez más numerosa clase obrera.
A nivel geográfico, el carácter expansivo del capitalismo impulsa el colonialismo con el descubrimiento y conquista de América y, posteriormente, de África y Asia, provocando la aparición de un mundo como un todo estructurado en torno a una economía mundo capitalista y estructuras geográficas jerárquicas y desiguales entre una periferia colonial y centro europeo dominante.
El Manifiesto Comunista supone el final de la insurrección como mecanismo político principal por parte de la clase obrera artesanal, y la lenta sustitución por la acción política moderna tal y como la conocemos hoy: el partido político. Las condiciones sociales y políticas que habían dado lugar a las ideologías influidas por el romanticismo habían llegado a su límite en la década de los cuarenta del siglo XIX. Se habían sentado las bases para lo que después se conocería como socialismo “científico” y la posterior reacción liberal, que atemorizado, se une con su antiguo enemigo, las corrientes conservadoras y el pensamiento reaccionario.
Con el Manifiesto Comunista se abren las puertas al mundo contemporáneo, que con sus crisis, explica porque, en el Siglo XXI, el fantasma del comunismo regresa a Europa.

A 170 años del Manifiesto Comunista

por Matías Maiello
martes, 20 de febrero de 2018



El 21 de febrero de 1848, se publicó por primera vez en Londres el Manifiesto Comunista. Escrito por Marx y Engels, fue una de las obras más difundidas y que más influenció el curso de la historia.

Marx y Engels, dos revolucionarios

El Manifiesto Comunista no es solo una gran obra literaria sino un documento teórico, programático y estratégico con el que Marx y Engels se proponían contribuir a armar a la clase obrera que, por aquella época comenzaba a mostrar su ímpetu revolucionario. Para ambos no se trataba solamente de entender la realidad sino también de transformarla de forma revolucionaria.

Cuando escribieron el Manifiesto, Marx y Engels tenían respectivamente 29 y 27 años y estaban exiliados en Bélgica. Dirigían una organización internacional: “La Liga de los Comunistas”. El Manifiesto fue una resolución encomendada por la Liga a los dos jóvenes revolucionarios. Por eso se llama “Manifiesto del Partido Comunista”.

Federico Engels fue el que elaboró el primer borrador del libro, el cual se conoce como Principios del Comunismo. Sin ánimo de comparar, siendo la versión final sin duda la mejor, el primer borrador contiene partes magníficamente planteadas, y por sobre todo dialogadas, que sin quedar en la versión definitiva valen la pena ser leídas.

A fines de 1847, Europa atravesaba una profunda crisis económica que trajo tremendas privaciones y sufrimientos a los trabajadores y campesinos. La situación era insostenible, parecía que todo iba explotar. El temor al “comunismo” era patente entre las clases dominantes. Cuando el Manifiesto dice “un fantasma recorre Europa, el fantasma del comunismo”, era una realidad.

Tres días después de su publicación, los obreros de París levantaron barricadas en toda la ciudad, provocando la caída del reinado de la aristocracia financiera de Luis Felipe de Orleáns y la proclamación de la Segunda República. En las semanas siguientes la revolución se extendió por Europa. Los gobiernos reaccionarios eran obligados a dimitir o eran jaqueados por la movilización popular.

El Manifiesto no llegó a influenciar los acontecimientos pero anticipó y explicó la nueva época histórica. El proletariado francés, a pesar de su derrota, mostró por primera vez la irrupción de la clase obrera como sujeto revolucionario.

Marx y Engels intervinieron directamente en estos procesos en territorio alemán siendo perseguidos por el Estado. Marx fue expulsado de Prusia. Engels, con 29 años, se convertiría en dirigente de una de las milicias que lucharían hasta el final en la región del Palatinado. De ahí le quedaría el apodo de “el general” y su interés por los asuntos militares.

La historia como historia de la lucha de clases

Como punto de partida, el Manifiesto plantea una tesis que no solo va a cobrar un gran valor teórico sino que va a marcar la acción de millones de trabajadores en todo el mundo desde aquel entonces: “la historia de la humanidad [cuando alcanza un determinado nivel de desarrollo] es la historia de la lucha de clases”. El concepto de lucha de clases ya estaba presente en historiadores franceses anteriores, en teóricos como Saint Simon.

Pero Marx y Engels precisan el concepto para el análisis de la lucha de clases bajo las condiciones específicamente capitalistas, donde los protagonistas fundamentales de esta lucha son la clase obrera y la burguesía, lo que no implica que sean las únicas clases, desde luego. Para los autores del Manifiesto este antagonismo es irreconciliable.

No es entonces el entendimiento entre las clases, la búsqueda del “bienestar común” como proponen todo tipo de reformadores, o determinados valores “eternos”, los que mueven la historia sino el conflicto entre clases con intereses materiales contrapuestos. La teoría de la lucha de clases se opone así a la teoría de la conciliación entre las clases en todas sus variantes.

La explotación como fundamento del sistema capitalista

“La clase de los obreros modernos –dice el Manifiesto- tan solo puede vivir a condición de hallar trabajo y tan solo pueden hallar trabajo a condición de que este acreciente el capital.” Los obreros están “obligados a venderse uno a uno como piezas, son una mercancía como cualquier otro artículo de comercio…”. De esta forma Marx y Engels comenzarán a develar el fundamento del sistema capitalista basado en la explotación de los trabajadores.

Sin embargo, no será sino hasta años después de publicado el Manifiesto que Marx planteará explícitamente que el obrero no se vende a sí mismo (no es él mismo una mercancía), ni tampoco su trabajo (lo que produce) sino que vende su “fuerza de trabajo” (su capacidad de poner en movimiento sus músculos, nervios y cerebro). De esta forma el obrero le vende su fuerza de trabajo al capitalista que la combina con maquinas y materias primas, poniéndola a trabajar, por ejemplo, por una jornada de 8 horas. Con una parte de su trabajo, supongamos 4 horas, el obrero repone lo que el capitalista gasta en su salario. Pero el obrero vendió su trabajo por una jornada completa con lo cual está obligado a seguir trabajando. Estas horas trabajadas por encima de la cantidad necesaria para reponer su salario, Marx las llamó plusvalía. Se trata de tiempo de trabajo que el capitalista roba al trabajador y que constituye la única fuente de ganancias de los capitalistas.

El comunismo: movimiento real y programa

Marx y Engels señalan en el Manifiesto que "Las proposiciones teóricas comunistas no responden a ideas ni a principios descubiertos por ningún redentor de la humanidad; son expresión al contrario de condiciones materiales de una lucha de clases real y vívida, de un movimiento histórico que se está desarrollando a la vista de todos…” Es decir, el comunismo no es sólo una idea sino un “movimiento real” que se expresa en la lucha constante de la clase trabajadora por liberarse de la imposición del trabajo. Desde “robarle” minutos al patrón y a la máquina, desde las luchas históricas por la reducción de la jornada laboral o el control obrero hasta los grandes procesos revolucionarios donde la clase obrera lucha por el poder.

El comunismo también es un programa, un objetivo a conquistar: una sociedad sin clases sociales, sin Estado, sin explotación y sin opresión. Tiene bases materiales profundas en el desarrollo de las fuerzas productivas (maquinarias, organización del trabajo, destreza de los obreros, etc.) bajo el capitalismo. A condición de poner los enormes avances de la ciencia y de la técnica al servicio de las necesidades sociales y no de la ganancia. De esta forma será posible disminuir el tiempo que cada individuo dedica al trabajo y que las personas puedan dedicar sus energías al ocio creativo (la ciencia, el arte y la cultura) y desplegar así todas las capacidades humanas.

Una estrategia conciente

El comunismo es entonces dos cosas: un “movimiento real” que se desarrolla “a la vista de todos”, y un objetivo, el de una nueva sociedad comunista conformada por productores libres asociados. Pero el antagonismo que se expresa en la lucha de la clase trabajadora por liberarse del trabajo como imposición no lleva automáticamente a la conquista del comunismo. Para ello es necesaria una organización política con la estrategia consciente de la revolución social. Un partido revolucionario que luche por el poder de los trabajadores como condición para avanzar hacia el comunismo. Por eso Marx y Engels no se dedicaron a la militancia en general sino a la militancia revolucionaria.

En el siglo XX el papel de la vanguardia comunista será aún más importante. El surgimiento del imperialismo como nueva etapa del capitalismo dio nuevas bases materiales para los sectores conciliadores con la burguesía dentro del movimiento obrero. Surgió una “aristocracia obrera” en los países que oprimían a otras naciones y se desarrolló extendidamente una burocracia. Lenin, dirigente de la Revolución Rusa de 1917, desarrolló esta cuestión planteando la necesidad de conformar partidos revolucionarios de la clase obrera, independientes política y organizativamente de aquellas corrientes reformistas y también de las “centristas” que oscilan entre los reformistas y los revolucionarios.

¿Qué caracteriza a los comunistas?

Para Marx y Engels, los comunistas “no tienen intereses propios que se distingan de los intereses generales del proletariado”. Lo que distingue a los comunistas dentro del “movimiento real”, dice el Manifiesto, es que defienden “los intereses comunes y peculiares de todo el proletariado, independientes de su nacionalidad”; que “mantienen siempre el interés del movimiento enfocado en su conjunto”; que son “prácticamente, la parte más decidida” y “teóricamente, llevan de ventaja a las grandes masas del proletariado su clara visión de las condiciones, los derroteros y los resultados generales a que ha de abocarse el movimiento proletario”.

Es decir, además de su teoría y su programa revolucionario, para Marx y Engels los comunistas se distinguen por su acción, por ser los “más decididos” en la lucha de clases. Estando a la vanguardia de los combates reales y cotidianos los comunistas podemos forjar un partido capaz de conquistar la dirección del “movimiento real” para una estrategia y un programa revolucionario de conquista del poder de los trabajadores como paso indispensable en la lucha por el comunismo.

Por otro lado, un punto fundamental que distingue a los comunistas para el Manifiesto es el internacionalismo, el defender los intereses comunes de la clase obrera “independientemente de su nacionalidad”. Esta concepción tenía bases profundas en Marx y Engels, eran conscientes del carácter mundial de las fuerzas productivas y de la clase obrera misma, que posee intereses comunes por encima de las fronteras y las divisiones que le impone la burguesía. A su vez, sabían que la burguesía cuenta, por esto mismo, con sus propias instituciones al servicio de mantener la opresión de los pueblos.

Marx y Engels participarían en 1864 de la fundación de la Asociación Internacional de Trabajadores, conocida también como la Primera Internacional. Luego en 1889, Engels (Marx ya había fallecido) funda la Segunda Internacional. El siglo XX no haría más que confirmar el planteo del Manifiesto, la importancia del internacionalismo y la imposibilidad de construir “el socialismo en un solo país”.

Matías Maiello

¿Remedio contra tiroteos escolares? Trump respalda que los maestros vayan armados a las escuelas

Publicado: 21 feb 2018 23:15 GMT | Última actualización: 22 feb 2018 11:26 GMT - RT
El presidente de EE.UU. se reúne con profesores, estudiantes y familiares de los fallecidos en el tiroteo de Florida en la Casa Blanca.
El presidente de EE.UU., Donald Trump, ha sugerido este miércoles que armar a los maestros podría ayudar a prevenir masacres como el tiroteo masivo de la semana pasada en una escuela secundaria de Florida, que dejó un saldo de 17 muertos.
Tras reunirse con los sobrevivientes del tiroteo perpetrado por Nikolas Cruz, el mandatario dijo: "Si tuvieras un maestro que fuera experto en armas de fuego podría terminar el ataque muy rápidamente". El mandatario ha admitido que la idea sería controvertida, informó la agencia Reuters.
Sentado en un medio de un semicírculo en el Comedor Estatal de la Casa Blanca, Trump ha escuchado a docentes, familiares de las víctimas de la masacre de Florida y estudiantes, que pedían cambios para evitar nuevas tragedias.
El presidente estadounidense se ha comprometido a tomar medidas para mejorar la verificación de antecedentes de quienes adquieren armas.
En la reunión han participado seis estudiantes de la Escuela Secundaria Marjory Stoneman Douglas de Parkland, Florida, donde 17 estudiantes y educadores fueron asesinados por Cruz con un rifle de asalto semiautomático AR-15.
Finalmente, Trump ha asegurado que su Administración hará hincapié en las comprobaciones de antecedentes y de la salud mental de los alumnos en un esfuerzo por hacer que las escuelas sean más seguras.
El analista político Arturo Estopiñán sostiene que "llevar las armas a escondidas es más controversial" y ve riesgo de que algunas personas puedan usar armas de asalto indebidamente.

Así ganó el hombre más rico del mundo 1.400 millones de dólares en un día

Publicado: 22 feb 2018 09:19 GMT - RT
La fortuna del director de Amazon se estima en 124.000 millones de dólares.
Así ganó el hombre más rico del mundo 1.400 millones de dólares en un día
Jeff Bezos durante un discurso ante los asistentes a la conferencia Satellite 2017 de Access Intelligence en Washington, EE.UU., 7 de marzo de 2017.
Joshua Roberts / Reuters

En tan solo un día ―este 21 de febrero― el director ejecutivo de la tienda en línea Amazon, Jeff Bezos, ha ganado más de 1.400 millones de dólares. Esto se debió a que el valor de las acciones de Amazon sobrepasaron el margen de 1.500 dólares por unidad por primera vez en la historia, informa CNBC.
Sin embargo, el portal Forexlive estima que los ingresos de Bezos eran mucho mayor, superando los 2.500 millones de dólares.
Jeff Bezos sigue encabezando la lista de multimillonarios del Bloomberg Billionaires Index con su fortuna, ahora valuada en 124.000 millones de dólares.
El segundo hombre más rico del mundo es el fundador de Microsoft, Bill Gates, con sus 91.600 millones de dólares, seguido por el inversor estadounidense Warren Buffet, cuyas ganancias se estiman en 86.200 millones de dólares.

EE.UU., La caída de la bolsa: ¿cómo 1987, 2007 o 1937?

por Michael Roberts
LA HAINE - 13/02/2018 

El 5 de febrero el mercado de valores de EEUU experimentó su mayor caída desde mediados de 2007
Justo antes de la crisis crediticia, la crisis de la banca y el inicio de la Gran Recesión. ¿Se repite la historia? Según el viejo dicho, la historia no se repite, pero rima. En otras palabras, hay ecos del pasado en el presente. Pero ¿cuáles son esos ecos en este momento? Hay tres posibilidades.
1) Esta caída será similar a la de 1987 y será seguido por una recuperación rápida y decisiva y el mercado de valores y la economía de EEUU reanudarán su reciente marcha ascendente. La caída será vista como un bache en la recuperación de la Larga Depresión de los últimos diez años.
2) O podría ser como 2007, cuando la caída de la bolsa anunció el comienzo del mayor colapso de la producción capitalista mundial desde la década de 1930 y del mayor colapso conocido en el sector financiero - para ser seguido por la recuperación económica más débil desde 1945.
3) O, finalmente, podría ser como 1937, cuando el mercado de valores cayó cuando la Reserva Federal de EEUU subió los tipos de interés y el 'New Deal' de la administración Roosevelt dejó de invertir para estimular la economía.  La Gran Depresión se reanudó y sólo se terminó con la carrera de armamentos y la entrada de los EEUU en la Segunda Guerra Mundial en 1941.

Ya he analizado la relación entre el mercado de valores (capital ficticio como lo llamaba Marx) y la economía 'real' del capital productivo en un artículo anterior de 2016. .
El mismo día de la caída de la bolsa prometía su cargo el nuevo presidente de la Fed Jerome Powell, que reemplaza a Janet Yellen. Powell se enfrenta ahora a algunos nuevos dilemas.
Marx hizo la observación clave que lo que impulsa los precios del mercado de valores es la diferencia entre las tasas de interés y la tasa general de ganancia. Lo que ha mantenido los precios del mercado de valores al alza ha sido el muy bajo nivel de los tipos de interés a largo plazo, fijados así deliberadamente por los bancos centrales, como la Reserva Federal, de todo el mundo, con tasas cero a corto plazo y flexibilización cuantitativa (QE, la compra de activos financieros con inyecciones de crédito). La brecha entre los rendimientos sobre la inversión en el mercado de valores y el coste de los préstamos para invertir en ellos ha sido enorme.
Por supuesto, todos los días, los inversores toman decisiones 'irracionales', pero, con el tiempo y, en conjunto, las decisiones de los inversores de comprar o vender acciones o bonos se basa en la rentabilidad que han obtenido (sean intereses o dividendos) y los precios de bonos y acciones evolucionan en consecuencia. Y esa rentabilidad, en última instancia, depende de la diferencia entre la rentabilidad del capital invertido en la economía y los costes de financiación. Si los precios de las acciones se desvían en relación con la rentabilidad del capital en una economía, es inevitable con el tiempo que caigan de nuevo. Cuanto más se desvíen, tanto mayor será la eventual caída.
Así que hay dos factores clave para juzgar si esta caída de la bolsa se parece a  1987, 2007 o 1937: la rentabilidad del capital productivo (¿sube o cae?); y el nivel de endeudamiento de la industria (¿será demasiado caro su servicio?).
En 1987, la rentabilidad del capital aumentaba. Estábamos justo en la mitad del período neoliberal de creciente explotación del trabajo, la globalización y los nuevos avances tecnológicos, todos los cuales eran factores que contrarrestaban la tendencia decreciente de la tasa de ganancia. La rentabilidad siguió aumentando hasta 1997. Y las tasas de interés, tras las subidas de la Fed, se reducían gracias a la inflación.
En 2007, la rentabilidad caía (había estado disminuyendo desde finales de 2005), el mercado inmobiliario estaba comenzando a hundirse y se esperaba que la inflación aumentase y por ello, la Fed preveía elevar su tasa política, como planifica ahora en 2018. Sin embargo, existen diferencias entre 2007 y la actualidad. El sistema bancario no está tan expuesto e involucrado en derivados financieros de riesgo. Y aunque la rentabilidad en la mayoría de las grandes economías está todavía por debajo del pico de 2007, las ganancias totales está aumentando. Puede ser que los salarios estén empezando a crecer y esto podría reducir las ganancias en el futuro. Además, la Fed planea elevar las tasas de interés y, por lo tanto, eso también reduce las ganancias a medida que aumentan los costes de servicio de la deuda.

Tal vez 1937 se acerque mucho más a la situación actual del capitalismo estadounidense.  He escrito sobre los paralelismos con 1937 antes. La rentabilidad en 1937 se había recuperado de las profundidades de 1932, pero todavía estaba muy por debajo del pico de 1926.
Y más preocupante ahora es que la deuda corporativa desde el final de la Gran Recesión en 2009 no se ha reducido. Por el contrario, nunca ha sido mayor. Basandose en una muestra global de 13.000 entidades, la agencia S & P estima que la proporción de sociedades altamente apalancadas - aquellas cuya deuda/ganancias excede x5 - se situó en el 37 por ciento en 2017, comparado con el 32 por ciento en 2007, antes de la crisis financiera global. Durante 2011-2017, la deuda corporativa no financiera mundial creció en 15 puntos porcentuales hasta el 96 por ciento del PIB.
La caída de la bolsa me dice dos cosas. En primer lugar, que la economía de EEUU, siendo la economía capitalista más grande y más importante, es la que arrastra a las demás. No es Europa, ni Japón, ni China donde se desencadenará una nueva crisis mundial, sino los EEUU. En segundo lugar, esta vez la recesión no estallará por una crisis inmobiliaria o una crisis bancaria, sino por una crisis del sector de sociedades no financieras. Comenzarán las quiebras y las bancarrotas en la medida en que las empresas capitalistas más débiles tengan dificultades para cumplir con sus cargas crediticias y se producirá una reacción en cadena.
La historia no se repite, pero rima.  La masa de ganancias en las principales economías sigue en aumento y las tasas de interés, la inflación y los aumentos salariales siguen siendo bajos históricamente. Eso debería aliviar el colapso de los precios de capital ficticio (y todavía son altos).  Pero la tendencia de las ganancias, tasas de interés y la inflación podrían cambiar pronto.
https://thenextrecession.wordpress.com. Traducción: G. Buster para Sinpermiso. Extractado por La Haine

Unión Europea declara que el bloqueo contra Cuba es ilegal e injusto

|CUBADEBATE
Manservisi. Foto tomada de El Político.
Stefano Manservisi, director general de Cooperación Internacional y Desarrollo de la Comisión Europea, declaró hoy que el bloqueo impuesto por Estados Unidos a Cuba hace más de medio siglo, es ilegal, injusto y contrario a los intereses de la Unión Europea (UE).
Pese a los obstáculos, la UE continuará identificando oportunidades para financiar proyectos de inversiones y lograr mayor intercambio, informó la fuente.
El problema del bloqueo económico, financiero y comercial por parte de Washington “no será solucionado en dos días”, pero la posición de la UE “es muy clara”, señaló el funcionario al recordar la sistemática condena internacional en Naciones Unidas.
Según explicó, durante su presente visita a La Habana sostuvo un encuentro con las máximas autoridades del Ministerio del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera a fin a evaluar iniciativas concretas.
Manservisi anunció que el próximo 27 de febrero tendrá lugar en Bruselas, Bélgica, el primer consejo conjunto entre la UE y Cuba por el interés de aumentar las relaciones bilaterales en distintos ámbitos, entre los cuales distinguió energías renovables, agricultura, enfrentamiento al cambio climático y cultura.
El funcionario apreció que esta nación caribeña avanza en la modernización de su modelo económico y social con una visión integral, en un contexto de estabilidad y crecimiento.
Consultado por la prensa, el experto aseguró que la UE estaría en disposición de ofrecer asistencia técnica para eliminar la dualidad monetaria y cambiaria en Cuba, un objetivo prioritario para del país, como ratificó el Parlamento a fines de diciembre de 2017.
Al decir de Manservisi, la experiencia en la creación de la zona euro, puede resultar útil, pues implicó la unificación de 19 divisas nacionales en una única moneda común, el euro.
También informó acerca del interés de invitar a Cuba a sumarse a un futuro pacto de intercambio comercial y asistencia entre la UE y casi 80 estados de África, Caribe y Pacífico, tras una próxima renegociación del actual tratado de Cotonú.
(Con información de Prensa Latina)