martes, 10 de octubre de 2017

EL SOCIALISMO Y EL HOMBRE EN CUBA por Ernesto Guevara de la Serna // CONSTERNADOS, RABIOSOS (Mario Benedetti) // PRT – Argentina: A 50 años de la caída en combate de Ernesto CHE Guevara: viva la Revolución!!! // Uruguay: La toma armada de la ciudad de Pando por el movimiento guerrillero tupamaro (8 de octubre de 1969) por Rosendo // LOS FUSILADOS DE PANDO por ANAHIT AHARONIAN // Ocho de octubre de 2013: “RASTROJOS DE DIFUNTOS” por Jorge Zabalza



El socialismo y el hombre en Cuba

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por Ernesto Guevara de la Serna

El semanario uruguayo, Marcha, publica la carta en la edición del 12 de marzo de 1965.

En nuestra ambición de revolucionarios, tratamos de caminar tan aprisa como sea posible, abriendo caminos, pero sabemos que tenemos que nutrirnos de la masa y que ésta solo podrá avanzar más rápido si la alentamos con nuestro ejemplo.

Estimado compañero*:
Acabo estas notas en viaje por África, animado del deseo de cumplir, aunque tardíamente, mi promesa. Quisiera hacerlo tratando el tema del título. Creo que pudiera ser interesante para los lectores uruguayos.

Es común escuchar de boca de los voceros capitalistas, como un argumento en la lucha ideológica contra el socialismo, la afirmación de que este sistema social o el período de construcción del socialismo al que estamos nosotros abocados, se caracteriza por la abolición del individuo en aras del Estado. No pretenderé refutar esta afirmación sobre una base meramente teórica, sino establecer los hechos tal cual se viven en Cuba y agregar comentarios de índole general. Primero esbozaré a grandes rasgos la historia de nuestra lucha revolucionaria antes y después de la toma del poder.

Como es sabido, la fecha precisa en que se iniciaron las acciones revolucionarias que culminaron el primero de enero de 1959, fue el 26 de julio de 1953. Un grupo de hombres dirigidos por Fidel Castro atacó la madrugada de ese día el cuartel Moncada, en la provincia de Oriente. El ataque fue un fracaso, el fracaso se transformó en desastre y los sobrevivientes fueron a parar a la cárcel, para reiniciar, luego de ser amnistiados, la lucha revolucionaria.

Durante este proceso, en el cual solamente existían gérmenes de socialismo, el hombre era un factor fundamental. En él se confiaba, individualizado, específico, con nombre y apellido, y de su capacidad de acción dependía el triunfo o el fracaso del hecho encomendado.

Llego la etapa de la lucha guerrillera. Esta se desarrolló en dos ambientes distintos: el pueblo, masa todavía dormida a quien había que movilizar y su vanguardia, la guerrilla, motor impulsor de la movilización, generador de conciencia revolucionaria y de entusiasmo combativo. Fue esta vanguardia el agente catalizador, el que creó las condiciones subjetivas necesarias para la victoria. También en ella, en el marco del proceso de proletarización de nuestro pensamiento, de la revolución que se operaba en nuestros hábitos, en nuestras mentes, el individuo fue el factor fundamental. Cada uno de los combatientes de la Sierra Maestra que alcanzara algún grado superior en las fuerzas revolucionarias, tiene una historia de hechos notables en su haber. En base a estos lograba sus grados.

Fue la primera época heroica, en la cual se disputaban por lograr un cargo de mayor responsabilidad, de mayor peligro, sin otra satisfacción que el cumplimiento del deber. En nuestro trabajo de educación revolucionaria, volvemos a menudo sobre este tema aleccionador. En la actitud de nuestros combatientes se vislumbra al hombre del futuro.

En otras oportunidades de nuestra historia se repitió el hecho de la entrega total a la causa revolucionaria. Durante la Crisis de Octubre o en los días del ciclón Flora, vimos actos de valor y sacrificio excepcionales realizados por todo un pueblo. Encontrar la fórmula para perpetuar en la vida cotidiana esa actitud heroica, es una de nuestras tareas fundamentales desde el punto de vista ideológico.

En enero de 1959 se estableció el gobierno revolucionario con la participación en él de varios miembros de la burguesía entreguista. La presencia del Ejército Rebelde constituía la garantía de poder, como factor fundamental de fuerza.

Se produjeron enseguida contradicciones seria, resueltas, en primera instancia, en febrero del 59, cuando Fidel Castro asumió la jefatura de gobierno con el cargo de primer ministro. Culminaba el proceso en julio del mismo año, al renunciar el presidente Urrutia ante la presión de las masas.
Aparecía en la historia de la Revolución Cubana, ahora con caracteres nítidos, un personaje que se repetirá sistemáticamente: la masa.
Este ente multifacético no es, como se pretende, la suma de elementos de la misma categoría (reducidos a la misma categoría, además, por el sistema impuesto), que actúa como un manso rebaño. Es verdad que sigue sin vacilar a sus dirigentes, fundamentalmente a Fidel Castro, pero el grado en que él ha ganado esa confianza responde precisamente a la interpretación cabal de los deseos del pueblo, de sus aspiraciones, y a la lucha sincera por el cumplimiento de las promesas hechas.

La masa participó en la reforma agraria y en el difícil empeño de la administración de las empresas estatales; pasó por la experiencia heroica de Playa Girón; se forjó en las luchas contra las distintas bandas de bandidos armadas por la CIA; vivió una de las definiciones más importantes de los tiempos modernos en la Crisis de Octubre y sigue hoy trabajando en la construcción del socialismo.

Vistas las cosas desde un punto de vista superficial, pudiera parecer que tienen razón aquellos que hablan de supeditación del individuo al Estado, la masa realiza con entusiasmo y disciplina sin iguales las tareas que el gobierno fija, ya sean de índole económica, cultural, de defensa, deportiva, etcétera. La iniciativa parte en general de Fidel o del alto mando de la revolución y es explicada al pueblo que la toma como suya. Otras veces, experiencias locales se toman por el partido y el gobierno para hacerlas generales, siguiendo el mismo procedimiento.

Sin embargo, el Estado se equivoca a veces. Cuando una de esas equivocaciones se produce, se nota una disminución del entusiasmo colectivo por efectos de una disminución cuantitativa de cada uno de los elementos que la forman, y el trabajo se paraliza hasta quedar reducido a magnitudes insignificantes; es el instante de rectificar. Así sucedió en marzo de 1962 ante una política sectaria impuesta al partido por Aníbal Escalante.

Es evidente que el mecanismo no basta para asegurar una sucesión de medidas sensatas y que falta una conexión más estructurada con las masas. Debemos mejorarla durante el curso de los próximos años pero, en el caso de las iniciativas surgidas de estratos superiores del gobierno utilizamos por ahora el método casi intuitivo de auscultar las reacciones generales frente a los problemas planteados.

Maestro en ello es Fidel, cuyo particular modo de integración con el pueblo solo puede apreciarse viéndolo actuar. En las grandes concentraciones públicas se observa algo así como el diálogo de dos diapasones cuyas vibraciones provocan otras nuevas en el interlocutor. Fidel y la masa comienzan a vibrar en un diálogo de intensidad creciente hasta alcanzar el clímax en un final abrupto, coronado por nuestro grito de lucha y victoria.

Lo difícil de entender, para quien no viva la experiencia de la revolución, es esa estrecha unidad dialéctica existente entre el individuo y la masa, donde ambos se interrelacionan y, a su vez, la masa, como conjunto de individuos, se interrelaciona con los dirigentes.

En el capitalismo se pueden ver algunos fenómenos de este tipo cuando aparecen políticos capaces de lograr la movilización popular, pero si no se trata de un auténtico movimiento social, en cuyo caso no es plenamente lícito hablar de capitalismo, el movimiento vivirá lo que la vida de quien lo impulse o hasta el fin de las ilusiones populares, impuesto por el rigor de la sociedad capitalista. En esta, el hombre está dirigido por un frío ordenamiento que, habitualmente, escapa al dominio de la comprensión. El ejemplar humano, enajenado, tiene un invisible cordón umbilical que le liga a la sociedad en su conjunto: la ley del valor. Ella actúa en todos los aspectos de la vida, va modelando su camino y su destino.

Las leyes del capitalismo, invisibles para el común de las gentes y ciegas, actúan sobre el individuo sin que este se percate. Solo ve la amplitud de un horizonte que aparece infinito. Así lo presenta la propaganda capitalista que pretende extraer del caso Rockefeller —verídico o no—, una lección sobre las posibilidades de éxito. La miseria que es necesario acumular para que surja un ejemplo así y la suma de ruindades que conlleva una fortuna de esa magnitud, no aparecen en el cuadro y no siempre es posible a las fuerzas populares aclarar estos conceptos. (Cabría aquí la disquisición sobre cómo en los países imperialistas los obreros van perdiendo su espíritu internacional de clase al influjo de una cierta complicidad en la explotación de los países dependientes y cómo este hecho, al mismo tiempo, lima el espíritu de lucha de las masas en el propio país, pero ese es un tema que sale de la intención de estas notas.)

De todos modos, se muestra el camino con escollos que aparentemente, un individuo con las cualidades necesarias puede superar para llegar a la meta. El premio se avizora en la lejanía; el camino es solitario. Además, es una carrera de lobos: solamente se puede llegar sobre el fracaso de otros.

Intentaré, ahora, definir al individuo, actor de ese extraño y apasionante drama que es la construcción del socialismo, en su doble existencia de ser único y miembro de la comunidad.
Creo que lo más sencillo es reconocer su cualidad de no hecho, de producto no acabado. Las taras del pasado se trasladan al presente en la conciencia individual y hay que hacer un trabajo continuo para erradicarlas.

El proceso es doble, por un lado actúa la sociedad con su educación directa e indirecta, por otro, el individuo se somete a un proceso consciente de autoeducación.
La nueva sociedad en formación tiene que competir muy duramente con el pasado. Esto se hace sentir no solo en la conciencia individual en la que pesan los residuos de una educación sistemáticamente orientada al aislamiento del individuo, sino también por el carácter mismo de este período de transición con persistencia de las relaciones mercantiles. La mercancía es la célula económica de la sociedad capitalista; mientras exista, sus efectos se harán sentir en la organización de la producción y, por ende, en la conciencia.

En el esquema de Marx se concebía el período de transición como resultado de la transformación explosiva del sistema capitalista destrozado por sus contradicciones; en la realidad posterior se ha visto cómo se desgajan del árbol imperialista algunos países que constituyen ramas débiles, fenómeno previsto por Lenin. En estos, el capitalismo se ha desarrollado lo suficiente como para hacer sentir sus efectos, de un modo u otro, sobre el pueblo, pero no son sus propias contradicciones las que, agotadas todas las posibilidades, hacen saltar el sistema. La lucha de liberación contra un opresor externo, la miseria provocada por accidentes extraños, como la guerra, cuyas consecuencias hacen recaer las clases privilegiadas sobre los explotados, los movimientos de liberación destinados a derrocar regímenes neocoloniales, son los factores habituales de desencadenamiento. La acción consciente hace el resto.

En estos países no se ha producido todavía una educación completa para el trabajo social y la riqueza dista de estar al alcance de las masas mediante el simple proceso de apropiación. El subdesarrollo por un lado y la habitual fuga de capitales hacia países «civilizados» por otro, hacen imposible un cambio rápido y sin sacrificios. Resta un gran tramo a recorrer en la construcción de la base económica y la tentación de seguir los caminos trillados del interés material, como palanca impulsora de un desarrollo acelerado, es muy grande.

Se corre el peligro de que los árboles impidan ver el bosque. Persiguiendo la quimera de realizar el socialismo con la ayuda de las armas melladas que nos legara el capitalismo (la mercancía como célula económica, la rentabilidad, el interés material individual como palanca, etcétera), se puede llegar a un callejón sin salida. Y se arriba allí tras de recorrer una larga distancia en la que los caminos se entrecruzan muchas veces y donde es difícil percibir el momento en que se equivocó la ruta. Entre tanto, la base económica adaptada ha hecho su trabajo de zapa sobre el desarrollo de la conciencia. Para construir el comunismo, simultáneamente con la base material hay que hacer al hombre nuevo.

De allí que sea tan importante elegir correctamente el instrumento de movilización de las masas. Este instrumento debe ser de índole moral, fundamentalmente, sin olvidar una correcta utilización del estímulo material, sobre todo de naturaleza social.

Como ya dije, en momentos de peligro extremo es fácil potenciar los estímulos morales; para mantener su vigencia, es necesario el desarrollo de una conciencia en la que los valores adquieran categorías nuevas. La sociedad en su conjunto debe convertirse en una gigantesca escuela.

Las grandes líneas del fenómeno son similares al proceso de formación de la conciencia capitalista en su primera época. El capitalismo recurre a la fuerza, pero, además, educa a la gente en el sistema. La propaganda directa se realiza por los encargados de explicar la ineluctabilidad de un régimen de clase, ya sea de origen divino o por imposición de la naturaleza como ente mecánico. Esto aplaca a las masas que se ven oprimidas por un mal contra el cual no es posible la lucha.

A continuación viene la esperanza, y en esto se diferencia de los anteriores regímenes de casta que no daban salida posible.
Para algunos continuará vigente todavía la fórmula de casta: el premio a los obedientes consiste en el arribo, después de la muerte, a otros mundos maravillosos donde los buenos son los premiados, con lo que se sigue la vieja tradición. Para otros, la innovación; la separación en clases es fatal, pero los individuos pueden salir de aquella a que pertenecen mediante el trabajo, la iniciativa, etcétera. Este proceso, y el de autoeducación para el triunfo, deben ser profundamente hipócritas: es la demostración interesada de que una mentira es verdad.

En nuestro caso, la educación directa adquiere una importancia mucho mayor. La explicación es convincente porque es verdadera; no precisa de subterfugios. Se ejerce a través del aparato educativo del Estado en función de la cultura general, técnica e ideológica, por medio de organismos tales como el Ministerio de Educación y el aparto de divulgación del partido. La educación prende en las masas y la nueva actitud preconizada tiende a convertirse en hábito; la masa la va haciendo suya y presiona a quienes no se han educado todavía. Esta es la forma indirecta de educar a las masas, tan poderosa como aquella otra.

Pero el proceso es consciente; el individuo recibe continuamente el impacto del nuevo poder social y percibe que no está completamente adecuado a él. Bajo el influjo de la presión que supone la educación indirecta, trata de acomodarse a una situación que siente justa y cuya propia falta de desarrollo le ha impedido hacerlo hasta ahora. Se autoeduca.
En este período de construcción del socialismo podemos ver el hombre nuevo que va naciendo. Su imagen no está todavía acabada; no podría estarlo nunca ya que el proceso marcha paralelo al desarrollo de formas económicas nuevas. Descontando aquellos cuya falta de educación los hace tender al camino solitario, a la autosatisfacción de sus ambiciones, los hay que aun dentro de este nuevo panorama de marcha conjunta, tienen tendencia a caminar aislados de la masa que acompañan. Lo importante es que los hombres van adquiriendo cada día más conciencia de la necesidad de su incorporación a la sociedad y, al mismo tiempo, de su importancia como motores de la misma.

Ya no marchan completamente solos, por veredas extraviadas, hacia lejanos anhelos. Siguen a su vanguardia, constituida por el partido, por los obreros de avanzada, por los hombres de avanzada que caminan ligados a las masas y en estrecha comunión con ellas. Las vanguardias tienen su vista puesta en el futuro y en su recompensa, pero esta no se vislumbra como algo individual; el premio es la nueva sociedad donde los hombres tendrán características distintas: la sociedad del hombre comunista.

El camino es largo y lleno de dificultades. A veces, por extraviar la ruta, hay que retroceder; otras, por caminar demasiado aprisa, nos separamos de las masas; en ocasiones por hacerlo lentamente, sentimos el aliento cercano de los que nos pisan los talones. En nuestra ambición de revolucionarios, tratamos de caminar tan aprisa como sea posible, abriendo caminos, pero sabemos que tenemos que nutrirnos de la masa y que ésta solo podrá avanzar más rápido si la alentamos con nuestro ejemplo.

A pesar de la importancia dada a los estímulos morales, el hecho de que exista la división en dos grupos principales (excluyendo, claro está, a la fracción minoritaria de los que no participan, por una razón u otra en la construcción del socialismo), indica la relativa falta de desarrollo de la conciencia social. El grupo de vanguardia es ideológicamente más avanzado que la masa; esta conoce los valores nuevos, pero insuficientemente. Mientras en los primeros se produce un cambio cualitativo que le permite ir al sacrificio en su función de avanzada, los segundos sólo ven a medias y deben ser sometidos a estímulos y presiones de cierta intensidad; es la dictadura del proletariado ejerciéndose no sólo sobre la clase derrotada, sino también individualmente, sobre la clase vencedora.
Todo esto entraña, para su éxito total, la necesidad de una serie de mecanismos, las instituciones revolucionarias. En la imagen de las multitudes marchando hacia el futuro, encaja el concepto de institucionalización como el de un conjunto armónico de canales, escalones, represas, aparatos bien aceitados que permitan esa marcha, que permitan la selección natural de los destinados a caminar en la vanguardia y que adjudiquen el premio y el castigo a los que cumplen o atenten contra la sociedad en construcción.

Esta institucionalidad de la Revolución todavía no se ha logrado. Buscamos algo nuevo que permita la perfecta identificación entre el Gobierno y la comunidad en su conjunto, ajustada a las condiciones peculiares de la construcción del socialismo y huyendo al máximo de los lugares comunes de la democracia burguesa, trasplantados a la sociedad en formación (como las cámaras legislativas, por ejemplo). Se han hecho algunas experiencias dedicadas a crear paulatinamente la institucionalización de la Revolución, pero sin demasiada prisa. El freno mayor que hemos tenido ha sido el miedo a que cualquier aspecto formal nos separe de las masas y del individuo, nos haga perder de vista la última y más importante ambición revolucionaria que es ver al hombre liberado de su enajenación.

No obstante la carencia de instituciones, lo que debe superarse gradualmente, ahora las masas hacen la historia como el conjunto consciente de individuos que luchan por una misma causa. El hombre, en el socialismo, a pesar de su aparente estandarización, es más completo; a pesar de la falta del mecanismo perfecto para ello, su posibilidad de expresarse y hacerse sentir en el aparato social es infinitamente mayor.

Todavía es preciso acentuar su participación consciente, individual y colectiva, en todos los mecanismos de dirección y de producción y ligarla a la idea de la necesidad de la educación técnica e ideológica, de manera que sienta cómo estos procesos son estrechamente interdependientes y sus avances son paralelos. Así logrará la total consciencia de su ser social, lo que equivale a su realización plena como criatura humana, rotas todas las cadenas de la enajenación.

Esto se traducirá concretamente en la reapropiación de su naturaleza a través del trabajo liberado y la expresión de su propia condición humana a través de la cultura y el arte.
Para que se desarrolle en la primera, el trabajo debe adquirir una condición nueva; la mercancía-hombre cesa de existir y se instala un sistema que otorga una cuota por el cumplimiento del deber social. Los medios de producción pertenecen a la sociedad y la máquina es sólo la trinchera donde se cumple el deber. El hombre comienza a liberar su pensamiento del hecho enojoso que suponía la necesidad de satisfacer sus necesidades animales mediante el trabajo. Empieza a verse retratado en su obra y a comprender su magnitud humana a través del objeto creado, del trabajo realizado. Esto ya no entraña dejar una parte de su ser en forma de fuerza de trabajo vendida, que no le pertenece más, sino que significa una emanación de sí mismo, un aporte a la vida común en que se refleja; el cumplimiento de su deber social.

Hacemos todo lo posible por darle al trabajo esta nueva categoría de deber social y unirlo al desarrollo de la técnica, por un lado, lo que dará condiciones para una mayor libertad, y al trabajo voluntario por otro, basados en la apreciación marxista de que el hombre realmente alcanza su plena condición humana cuando produce sin la compulsión de la necesidad física de venderse como mercancía.

Claro que todavía hay aspectos coactivos en el trabajo, aún cuando sea necesario; el hombre no ha transformado toda la coerción que lo rodea en reflejo condicionado de naturaleza social y todavía produce, en muchos casos, bajo la presión del medio (compulsión moral, la llama Fidel). Todavía le falta el lograr la completa recreación espiritual ante su propia obra, sin la presión directa del medio social, pero ligado a él por los nuevos hábitos. Esto será el comunismo.

El cambio no se produce automáticamente en la conciencia, como no se produce tampoco en la economía. Las variaciones son lentas y no son rítmicas; hay períodos de aceleración, otros pausados e incluso, de retroceso.

Debemos considerar, además como apuntáramos antes, que no estamos frente al período de transición puro, tal como lo viera Marx en la Crítica del Programa de Gotha, sino de una nueva fase no prevista por él; primer período de transición del comunismo o de la construcción del socialismo. Este transcurre en medio de violentas luchas de clase y con elementos de capitalismo en su seno que oscurecen la comprensión cabal de su esencia.

Si a esto de agrega el escolasticismo que ha frenado el desarrollo de la filosofía marxista e impedido el tratamiento sistemático del período, cuya economía política no se ha desarrollado, debemos convenir en que todavía estamos en pañales y es preciso dedicarse a investigar todas las características primordiales del mismo antes de elaborar una teoría económica y política de mayor alcance.
La teoría que resulte dará indefectiblemente preeminencia a los dos pilares de la construcción: la formación del hombre nuevo y el desarrollo de la técnica. En ambos aspectos nos falta mucho por hacer, pero es menos excusable el atraso en cuanto a la concepción de la técnica como base fundamental, ya que aquí no se trata de avanzar a ciegas sino de seguir durante un buen tramo el camino abierto por los países más adelantados del mundo. Por ello Fidel machaca con tanta insistencia sobre la necesidad de la formación tecnológica y científica de todo nuestro pueblo y más aún, de su vanguardia.

En el campo de las ideas que conducen a actividades no productivas, es más fácil ver la división entre la necesidad material y espiritual. Desde hace mucho tiempo el hombre trata de liberarse de la enajenación mediante la cultura y el arte. Muere diariamente las ocho y más horas en que actúa como mercancía para resucitar en su creación espiritual. pero este remedio porta los gérmenes de la misma enfermedad.: es un ser solitario el que busca comunión con la naturaleza. Defiende su individualidad oprimida por el medio y reacciona ante las ideas estéticas como un ser único cuya aspiración es permanecer inmaculado.

Se trata sólo de un intento de fuga. La ley del valor no es ya un mero reflejo de las relaciones de producción; los capitalistas monopolistas la rodean de un complicado andamiaje que la convierte en una sierva dócil, aún cuando los métodos que emplean sean puramente empíricos. La superestructura impone un tipo de arte en el cual hay que educar a los artistas. Los rebeldes son dominados por la maquinaria y sólo los talentos excepcionales podrán crear su propia obra. Los restantes devienen asalariados vergonzantes o son triturados.

Se inventa la investigación artística a la que se da como definitoria de la libertad, pero esta «investigación» tiene sus límites imperceptibles hasta el momento de chocar con ellos, vale decir, de plantearse los reales problemas del hombre y su enajenación. La angustia sin sentido o el pasatiempo vulgar constituyen válvulas cómodas a la inquietud humana; se combate la idea de hacer del arte un arma de denuncia.

Si se respetan las leyes del juego se consiguen todos los honores; los que podría tener un mono al inventar piruetas. La condición es no tratar de escapar de la jaula invisible.
Cuando la Revolución tomó el poder se produjo el éxodo de los domesticados totales; los demás, revolucionarios o no, vieron un camino nuevo. La investigación artística cobró nuevo impulso. Sin embargo, las rutas estaban más o menos trazadas y el sentido del concepto fuga se escondió tras la palabra libertad. En los propios revolucionarios se mantuvo muchas veces esta actitud, reflejo del idealismo burgués en la conciencia.

En países que pasaron por un proceso similar se pretendió combatir estas tendencias con un dogmatismo exagerado. La cultura general se convirtió casi en un tabú y se proclamó el summumde la aspiración cultural, una representación formalmente exacta de la naturaleza, convirtiéndose ésta, luego, en una representación mecánica de la realidad social que se quería hacer ver; la sociedad ideal, casi sin conflictos ni contradicciones, que se buscaba crear.

El socialismo es joven y tiene errores.
Los revolucionarios carecemos, muchas veces, de los conocimientos y la audacia intelectual necesarias para encarar la tarea del desarrollo de un hombre nuevo por métodos distintos a los convencionales y los métodos convencionales sufren de la influencia de la sociedad que los creó. (Otra vez se plantea el tema de la relación entre forma y contenido.) La desorientación es grande y los problemas de la construcción material nos absorben. No hay artistas de gran autoridad que, a su vez, tengan gran autoridad revolucionaria. Los hombres del Partido deben tomar esa tarea entre las manos y buscar el logro del objetivo principal: educar al pueblo.

Se busca entonces la simplificación, lo que entiende todo el mundo, que es lo que entienden los funcionarios. Se anula la auténtica investigación artística y se reduce al problema de la cultura general a una apropiación del presente socialista y del pasado muerto (por tanto, no peligroso). Así nace el realismo socialista sobre las bases del arte del siglo pasado.

Pero el arte realista del siglo XIX, también es de clase, más puramente capitalista, quizás, que este arte decadente del siglo XX, donde se transparenta la angustia del hombre enajenado. El capitalismo en cultura ha dado todo de sí y no queda de él sino el anuncio de un cadáver maloliente en arte, su decadencia de hoy. Pero, ¿por qué pretender buscar en las formas congeladas del realismo socialista la única receta válida? No se puede oponer al realismo socialista «la libertad», porque ésta no existe todavía, no existirá hasta el completo desarrollo de la sociedad nueva; pero no se pretenda condenar a todas la formas de arte posteriores a la primer mitad del siglo XIX desde el trono pontificio del realismo a ultranza, pues se caería en un error proudhoniano de retorno al pasado, poniéndole camisa de fuerza a la expresión artística del hombre que nace y se construye hoy.

Falta el desarrollo de un mecanismo ideológico cultural que permita la investigación y desbroce la mala hierba, tan fácilmente multiplicable en el terreno abonado de la subvención estatal.
En nuestro país, el error del mecanicismo realista no se ha dado, pero sí otro signo de contrario. Y ha sido por no comprender la necesidad de la creación del hombre nuevo, que no sea el que represente las ideas del siglo XIX, pero tampoco las de nuestro siglo decadente y morboso. El hombre del siglo XXI es el que debemos crear, aunque todavía es una aspiración subjetiva y no sistematizada. Precisamente éste es uno de los puntos fundamentales de nuestro estudio y de nuestro trabajo y en la medida en que logremos éxitos concretos sobre una base teórica o, viceversa, extraigamos conclusiones teóricas de carácter amplio sobre la base de nuestra investigación concreta, habremos hecho un aporte valioso al marxismo-leninismo, a la causa de la humanidad. La reacción contra el hombre del siglo XIX nos ha traído la reincidencia en el decadentismo del siglo XX; no es un error demasiado grave, pero debemos superarlo, so pena de abrir un ancho cauce al revisionismo.

Las grandes multitudes se van desarrollando, las nuevas ideas van alcanzando adecuado ímpetu en el seno de la sociedad, las posibilidades materiales de desarrollo integral de absolutamente todos sus miembros, hacen mucho más fructífera la labor. El presente es de lucha, el futuro es nuestro.

Resumiendo, la culpabilidad de muchos de nuestros intelectuales y artistas reside en su pecado original; no son auténticamente revolucionarios. Podemos intentar injertar el olmo para que dé peras, pero simultáneamente hay que sembrar perales. Las nuevas generaciones vendrán libres del pecado original. Las posibilidades de que surjan artistas excepcionales serán tanto mayores cuanto más se haya ensanchado el campo de la cultura y la posibilidad de expresión. Nuestra tarea consiste en impedir que la generación actual, dislocada por sus conflictos, se pervierta y pervierta a las nuevas. No debemos crear asalariados dóciles al pensamiento oficial ni «becarios» que vivan al amparo del presupuesto, ejerciendo una libertad entre comillas. Ya vendrán los revolucionarios que entonen el canto del hombre nuevo con la auténtica voz del pueblo. Es un proceso que requiere tiempo.

En nuestra sociedad, juegan un papel la juventud y el Partido.
Particularmente importante es la primera, por ser la arcilla maleable con que se puede construir al hombre nuevo sin ninguna de las taras anteriores.
Ella recibe un trato acorde con nuestras ambiciones. Su educación es cada vez más completa y no olvidamos su integración al trabajo desde los primeros instantes. Nuestros becarios hacen trabajo físico en sus vacaciones o simultáneamente con el estudio. El trabajo es un premio en ciertos casos, un instrumento de educación, en otros, jamás un castigo. Una nueva generación nace.

El Partido es una organización de vanguardia. Los mejores trabajadores son propuestos por sus compañeros para integrarlo. Este es minoritario pero de gran autoridad por la calidad de sus cuadros. Nuestra aspiración es que el Partido sea de masas, pero cuando las masas hayan alcanzado el nivel de desarrollo de la vanguardia, es decir, cuando estén educados para el comunismo. Y a esa educación va encaminado el trabajo. El Partido es el ejemplo vivo; sus cuadros deben dictar cátedras de laboriosidad y sacrificio, deben llevar, con su acción, a las masas, al fin de la tarea revolucionaria, lo que entraña años de duro bregar contra las dificultades de la construcción, los enemigos de clase, las lacras del pasado, el imperialismo…

Quisiera explicar ahora el papel que juega la personalidad, el hombre como individuo de las masas que hacen la historia. Es nuestra experiencia no una receta.
Fidel dio a la Revolución el impulso en los primeros años, la dirección, la tónica siempre, peros hay un buen grupo de revolucionarios que se desarrollan en el mismo sentido que el dirigente máximo y una gran masa que sigue a sus dirigente porque les tiene fe; y les tiene fe, porque ellos han sabido interpretar sus anhelos.

No se trata de cuántos kilogramos de carne se come o de cuántas veces por año se pueda ir alguien a pasearse en la playa, ni de cuántas bellezas que vienen del exterior puedan comprarse con los salarios actuales. Se trata, precisamente, de que el individuo se sienta más pleno, con mucha más riqueza interior y con mucha más responsabilidad. El individuo de nuestro país sabe que la época gloriosa que le toca vivir es de sacrificio; conoce el sacrificio. Los primeros lo conocieron en la Sierra Maestra y dondequiera que se luchó; después lo hemos conocido en toda Cuba. Cuba es la vanguardia de América y debe hacer sacrificios porque ocupa el lugar de avanzada, porque indica a las masas de América Latina el camino de la libertad plena.
Dentro del país, los dirigentes tienen que cumplir su papel de vanguardia; y, hay que decirlo con toda sinceridad, en una revolución verdadera a la que se le da todo, de la cual no se espera ninguna retribución material, la tarea del revolucionario de vanguardia es a la vez magnífica y angustiosa.

Déjeme decirle, a riesgo de parecer ridículo, que el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor. Es imposible pensar en un revolucionario auténtico sin esta cualidad. Quizás sea uno de los grandes dramas del dirigente; éste debe unir a un espíritu apasionado una mente fría y tomar decisiones dolorosas son que se contraiga un músculo. Nuestros revolucionarios de vanguardia tienen que idealizar ese amor a los pueblos, a las causas más sagradas y hacerlo único, indivisible. No pueden descender con su pequeña dosis de cariño cotidiano hacia los lugares donde el hombre común lo ejercita.

Los dirigentes de la Revolución tienen hijos que en sus primeros balbuceos, no aprenden a nombrar al padre; mujeres que deben ser parte del sacrificio general de su vida para llevar la Revolución a su destino; el marco de los amigos responde estrictamente al marco de los compañeros de Revolución. No hay vida fuera de ella.

En esas condiciones, hay que tener una gran dosis de humanidad, una gran dosis de sentido de la justicia y de la verdad para no caer en extremos dogmáticos, en escolasticismos fríos, en aislamiento de las masas. Todos los días hay que luchar porque ese amor a la humanidad viviente se transforme en hechos concretos, en actos que sirvan de ejemplo, de movilización.
El revolucionario, motor ideológico de la revolución dentro de su partido, se consume en esa actividad ininterrumpida que no tiene más fin que la muerte, a menos que la construcción se logre en escala mundial. Si su afán de revolucionario se embota cuando las tareas más apremiantes se ven realizadas a escala loca y se olvida el internacionalismo proletario, la revolución que dirige deja de ser una fuerza impulsora y se sume en una cómoda modorra, aprovechada por nuestros enemigos irreconciliables, el imperialismo, que gana terreno. El internacionalismo proletario es un deber pero también es una necesidad revolucionaria. Así educamos a nuestro pueblo.

Claro que hay peligros presentes en las actuales circunstancias. No sólo el del dogmatismo, no sólo el de congelar las relaciones con las masas en medio de la gran tarea; también existe el peligro de las debilidades en que se puede caer. Si un hombre piensa que, para dedicar su vida entera a la revolución, no puede distraer su mente por la preocupación de que a un hijo le falte determinado producto, que los zapatos de los niños estén rotos, que su familia carezca de determinado bien necesario, bajo este razonamiento deja infiltrarse los gérmenes de la futura corrupción.
En nuestro caso, hemos mantenido que nuestros hijos deben tener y carecer de lo que tienen y de lo que carecen los hijos del hombre común; y nuestra familia debe comprenderlo y luchar por ello. La revolución se hace a través del hombre, pero el hombre tiene que forjar día a día su espíritu revolucionario.

Así vamos marchando. A la cabeza de la inmensa columna —no nos avergüenza ni nos intimida decirlo— va Fidel, después, los mejores cuadros del Partido, e inmediatamente, tan cerca que se siente su enorme fuerza, va el pueblo en su conjunto sólida armazón de individualidades que caminan hacia un fin común; individuos que han alcanzado la conciencia de lo que es necesario hacer; hombres que luchan por salir del reino de la necesidad y entrar al de la libertad.

Esa inmensa muchedumbre se ordena; su orden responde a la conciencia de la necesidad del mismo ya no es fuerza dispersa, divisible en miles de fracciones disparadas al espacio como fragmentos de granada, tratando de alcanzar por cualquier medio, en lucha reñida con sus iguales, una posición, algo que permita apoyo frente al futuro incierto.
Sabemos que hay sacrificios delante nuestro y que debemos pagar un precio por el hecho heroico de constituir una vanguardia como nación. Nosotros, dirigentes, sabemos que tenemos que pagar un precio por tener derecho a decir que estamos a la cabeza del pueblo que está a la cabeza de América. Todos y cada uno de nosotros paga puntualmente su cuota de sacrificio, conscientes de recibir el premio en la satisfacción del deber cumplido, conscientes de avanzar con todos hacia el hombre nuevo que se vislumbra en el horizonte.
Permítame intentar unas conclusiones:

Nosotros, socialistas, somos más libres porque somos más plenos; somos más plenos por ser más libres.
El esqueleto de nuestra libertad completa está formado, falta la sustancia proteica y el ropaje; los crearemos.
Nuestra libertad y su sostén cotidiano tienen color de sangre y están henchidos de sacrificio.
Nuestro sacrificio es consciente; cuota para pagar la libertad que construimos.
El camino es largo y desconocido en parte; conocemos nuestras limitaciones. Haremos el hombre del siglo XXI: nosotros mismos.
Nos forjaremos en la acción cotidiana, creando un hombre nuevo con una nueva técnica.
La personalidad juega el papel de movilización y dirección en cuanto que encarna las más altas virtudes y aspiraciones del pueblo y no se separa de la ruta.
Quien abre el camino es el grupo de vanguardia, los mejores entre los buenos, el Partido.
La arcilla fundamental de nuestra obra es la juventud, en ella depositamos nuestra esperanza y la preparamos para tomar de nuestras manos la bandera.

Si esta carta balbuceante aclara algo, ha cumplido el objetivo con que la mando.
Reciba nuestro saludo ritual, como un apretón de manos o un «Ave María Purísima»:
Patria o muerte.
________________________________
 * Carlos Quijano, editor del semanario uruguayo, Marcha, quien publica la carta en la edición del 12 de marzo de 1965.



CONSTERNADOS, RABIOSOS
(Mario Benedetti)
 
Así estamos
consternados
rabiosos
aunque esta muerte sea
uno de los absurdos previsibles
da vergüenza mirar
los cuadros
los sillones
las alfombras
sacar una botella del refrigerador
teclear las tres letras mundiales de tu nombre
en la rígida maquina
que nunca
nuca estuvo
con la cinta tan pálida
vergüenza tener frío
y arrimarse a la estufa como siempre
tener hambre y comer
esa cosa tan simple
abrir el tocadiscos y escuchar en silencio
sobre todo si es un cuarteto de Mozart
da vergüenza el confort
y el asma da vergüeza
cuando tú comandante estás cayendo
ametrallado
fabuloso
nítido
eres nuestra conciencia acribillada
dicen que te quemaron
con qué fuego
van a quemar las buenas
las buenas nuevas
la irascible ternura
que trajiste y llevaste
con tu tos
con tu barro
dicen que incineraron
toda tu vocación
menos un dedo
basta para mostrarnos el camino
para acusar al monstruo y sus tizones
para apretar de nuevo los gatillos
asi estamos
consternados
rabiosos
claro que con el tiempo la plomiza
consternación
se nos ira pasando
la rabia quedara
se hará más limpia
estás muerto
estás vivo
estás cayendo
estás nube
estás lluvia
estás estrella
donde estés
si es que estás
si estás llegando
aprovecha por fin
a respirar tranquilo
a llenarte de cielo los pulmones
donde estés
si es que estás
si estás llegando
será una pena que no exista Dios
pero habrá otros
claro que habrá otros
dignos de recibirte
comandante.
 
Mario Benedetti

Enviado por Xavier Avelar



Partido Revolucionario de los Trabajadores
PRT – Argentina. Por la Revolución Socialista

A 50 años de la caída en combate de Ernesto CHE Guevara: viva la Revolución!!!

08/10/2017
Por
Como inicio de esta nota publicamos un texto muy poco conocido en el país, por no decir inédito. Se trata de un escrito de nuestro Partido, editado en el mes de Octubre de 1977, a 10 años de la caída del CHE. Luego del mismo, algunas apreciaciones que consideramos de vital importancia para el momento que hoy transita la lucha de clases.
“El Che Revolucionario. Hace ya 10 años, en una quebrada de la semidesértica selva boliviana, caía el Che, luego de 11 meses de lucha diaria contra el enemigo imperialista y contra el medio hostil, contra los militares contrarrevolucionarios y contra el hambre y la sed, las enfermedades, al frente de un grupo de sacrificados revolucionarios como él, sin contactos, sin recursos.
En su estilo sobrio y sin grandilocuencias, el diario de la última campaña da testimonio de esta epopeya magnífica y desolada.
Su lucha allí, o en África o en la propia Cuba, resultó el ejemplo más vivo de internacionalismo proletario para los revolucionarios que le siguieron. En la velada solemne que siguió a su muerte, Fidel dijo al pueblo: Y cuando se hable de internacionalismo proletario, ese ejemplo, por encima de cualquier otro ejemplo, es el ejemplo del Che.
Pero no debemos olvidar que la experiencia boliviana terminó en un fracaso, eso nos obliga a analizar sus causas en el contexto de las ideas del Che.
El Che era consciente de que no podía intentarse una revolución donde las condiciones objetivas para hacerla no estuvieran dadas. Dice en 1961: Las condiciones objetivas para la lucha están dadas por el hambre del pueblo, la reacción frente a ese hambre, el temor desatado para aplazar la reacción popular y la ola de odio que la represión crea.
Pero de hecho, la lucha guerrillera boliviana carece de vinculación con las masas y no se nutre de la contradicción de las clases, por lo que no pudieron aprovecharse las condiciones objetivas que debieron existir para iniciar la lucha revolucionaria.
De esta experiencia, llevada hasta sus últimas consecuencias, no puede deducirse que el Che hubiera dado por tierra con sus convicciones anteriores, como parecen creer quienes hicieron de él un apóstol de la violencia. Debe deducirse, en cambio, que hubo errores de concepción o de preparación o defecciones de último momento (particularmente la inconsecuencia de Monje, quien estaba comprometido a facilitar una vía de comunicación entre la guerrilla y la vanguardia del proletariado boliviano).
Este breve comentario sirve para salir al paso a la idea de que para el Che bastaba con abrir un frente guerrillero en cualquier lado, para llegar finalmente al poder. El mismo advirtió del peligro de este optimismo superficial, “porque el imperialismo, al contrario de algunos grupos progresistas, sí aprende con sus errores”.
En realidad, el Che fue un estudioso y práctico del marxismo leninismo, él había comprendido el valor de la violencia revolucionaria en América, para concientizar a las clases explotadas, pero sobre todo para remover el obstáculo que el poder imperialista y los ejércitos locales significaban para una situación revolucionaria ya madura. El Che rescató la importancia que Marx daba a dicha violencia como “partera de la Historia”, pero consciente de que ella podía ser aplicada cuando los elementos objetivos estaban dados y no antes.
La característica principal del pensamiento del Che era el “humanismo revolucionario” que revitalizaba la importancia del Hombre en el proceso de la lucha revolucionaria y en la construcción del Socialismo.
Daba al “elemento subjetivo”, el lugar destacado que le había otorgado Lenin y que aparecía olvidado en nuestra América Latina, donde muchos marxistas pensaban que había que esperar pacientemente la revolución que habría de llegar, sin ninguna duda, cuando fuera el momento.
Las tesis leninistas del eslabón más débil de la cadena imperialista y de que, una vez producida una situación revolucionaria, el Partido de vanguardia puede aprovechar las coyunturas para llevar al proceso revolucionario por caminos más cortos, mediante la acción consciente y decidida de sus militantes, fue estudiada, profundizada y puesta en práctica por el Che y por el grupo dirigente de la Revolución Cubana.
El Che destacaba la importancia de la conciencia revolucionaria, concebía al ser humano en el socialismo como un “Hombre Nuevo”. En ese convencimiento impulsó decididamente el trabajo ideológico sobre el conjunto de la población.
Del pensamiento y del ejemplo del Che han nacido muchos movimientos revolucionarios. Algunos de ellos pecaron de militarismo, olvidando la necesaria combinación de las formas de lucha. Otros, depurándose en el choque con la realidad y en la práctica de sus aciertos y de sus errores, buscaron su inserción en las masas, combinaron las formas de lucha, adecuaron las acciones militares al nivel de la lucha de clases.
El PRT es heredero directo de la Revolución Cubana y de las ideas del Che. Como marxista leninista, el Comandante Santucho fue un estudioso y un analista de excepción. Profundo conocedor de las ideas del Che, aspiraba a la aplicación creadora de ellas en nuestra realidad.  Fue así que –tempranamente- el PRT definió su estrategia a través de la Guerra Popular Revolucionaria, al mismo tiempo que, creadoramente, buscaba y lograba su profunda inserción en la clase obrera, especialmente en el proletariado concentrado en las grandes fábricas. Sintetizó así la combinación dialéctica entre la lucha armada y no armada.
La dictadura fascista que hoy ensangrienta nuestra Patria es la respuesta que el imperialismo da a las aspiraciones de los pueblos. A diez años de su muerte, el Che sigue guiando los pasos de toda una generación de revolucionarios. Su ejemplo y el de quienes cayeron alzando su bandera, como el Comandante Santucho, Inti Peredo, Miguel Enríquez, el Negrito Fernández, Benito Urteaga, Juan Pablo Eliseo Ledesma, y tantos otros, han de servirnos de guía para infligir una vez más, una dura derrota a las fuerzas de la reacción y el imperialismo. Hasta la victoria siempre, Comandante Ernesto Che Guevara.”
Aquellas palabras, escritas hace 40 años, con muchísimos compañeros caídos, desaparecidos, presos y en el exilio, fortalecen nuestras ideas de hoy.
Este domingo 8 de Octubre, se cumplen 50 años de la muerte del gran político revolucionario que fue Ernesto Che Guevara. Qué decir de la gran indignación que nos produce ver cómo la prensa burguesa se hace eco de ello, tergiversando y tomando aspectos secundarios de su figura (como no podía ser de otra manera), olvidando el tremendo significado que constituye el legado político-ideológico del Che.
Lo embelese la burguesía, como si fuera una estrella del mundo del espectáculo, presentándolo como una figura mítica… pareciera que da lo mismo hablar de él que de El Principito, o algún excéntrico aventurero, pretendiendo reducirlo a un simple producto comercial. No menos grave son algunas posiciones pequeño burguesas que presumen de marxistas y que tratan de reducir su figura a la de “guerrillero heroico”, al tiempo que desde el oportunismo siempre rechazaron los cambios violentos que toda revolución encarna en los marcos decisivos de la lucha de clases. Aquellos que se escandalizaron con la gesta del Che en aquel momento, son los mismos que hoy lo colocan como una figura ensalzada en el bronce.
Lo que se busca, en esas diversas expresiones, es disfrazar y esconder lo que en realidad se constituyó en una de sus más extraordinarias virtudes, que fue su capacidad política y teórica, con un compromiso científico, en la búsqueda y defensa constante de cómo la clase obrera se iba dotando cada día, en todos los cambios y procesos, de una aproximación cada vez mayor, para generar una sociedad socialista capaz de sentar las bases materiales para arribar al comunismo.
Él fue capaz de dar su vida en pos de sus convicciones. Pero no en su muerte, sino en su vida, la que entregó en horas y horas de sacrificio, en el estudio, en los escritos, en largos debates y agotadoras jornadas de trabajo, despojado de todo tipo de privilegios.
Sus debates sobre el incentivo moral como un aspecto esencial en el avance y desarrollo de la producción, con el intento constante de profundizar cada vez más en el involucramiento de las masas en la construcción, participación y decisiones de la nueva sociedad, donde constantemente planteaba que la realización del individuo en una nueva sociedad se daba cuando su esfuerzo se centraba en la realización del colectivo.
Estas virtudes del Che estuvieron impregnadas de un sello característico, que fue la unidad entre el pensamiento, palabra y acción, partiendo que la mejor enseñanza era la práctica.
Nos dejó un ejemplo de lo que debe ser un comunista, siendo su preocupación central y por sobre todas las cosas, el hombre por sobre cualquier otra cuestión.
Visiones éstas que lo llevaron a criticar a la URSS porque se había desviado de la concepción socialista (en momentos en que nadie desde el “campo revolucionario”  lo hacía). El Che no compartía la concepción del Partido Comunista Soviético, que partía del cálculo económico y desde la teoría del valor en la economía, en una supuesta sociedad donde el objetivo era la eliminación de la explotación del hombre (crítica largamente fundamentada en los “Cuadernos de Praga”, que muchos años después fue hecha pública en algunos libros editados desde Cuba). Dichas críticas lo llevaron a vaticinar, con mucho pesar, la caída de la URSS, y a terminar enfrentado duramente las concepciones estalinistas.
Pero más allá de que los hechos históricos le hayan dado la razón, sus aportes y premisas teóricas hoy tienen más vigencia que nunca, lo cual se constituye en un deber de todo revolucionario, profundizar y estudiar al Che político.
Porque nos encontramos en una etapa de la lucha de clases en el mundo entero donde se hace imprescindible abrazar los legados de este hombre que, al igual que Marx, Engels y Lenin, han dotado al proletariado mundial de una ciencia que, sin duda, nos arma para encontrar más rápidamente, caminos certeros que lleven a la humanidad hacia su emancipación.


URUGUAY

domingo, 9 de octubre de 2011 - Publicado en el Blog El Muerto

La toma armada de la ciudad de Pando por el movimiento guerrillero tupamaro (8 de octubre de 1969)

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhmuuneIga-5uA4kC_U6uBwLJnzfqL9xXpRS7A-d7gkPIaAaNcQxfNHXa40THdOFkLQbM32J2tO7tAY_jKYQNyP2AywMgKTx5pQvuKqDhPFk-XiMiPpKv94Xsyc0ymEGdMcvZXFaywN_Js/s1600/tupamaros.jpg
Participaron 49 combatientes, de Montevideo y del Interior del país, que actuaron en seis grupos coordinados. El Comando se denomino "Ernesto Che Guevara".

8 de octubre 1969


En homenaje a los hermanos combatientes Ricardo Zabalza, Alfredo Cultelli y Jorge Salerno asesinados por la represion en los enfrentamientos posteriores a la toma de Pando.

ALGUNAS CONSIDERACIONES

Ese día, el MLN (Tupamaros) tomo Pando, ciudad de cierta importancia ubicada en las cercanías de la Capital Montevideo.Se tomo la Comisaria de Policia, el Cuartelillo de Bomberos, la Central Telefónica y los Bancos República, de Pan de Azúcar y de Pando.El operativo da inicio a las 13 horas y luego de cumplidos todos sus objetivos se lleva a cabo la retirada a las 13 y 20 horas.

Participaron 49 combatientes, de Montevideo y del Interior del país, los que se identificaron con brazaletes y actuaron en seis grupos coordinados. El Comando se denomino "Ernesto Che Guevara".

La acción tuvo como objetivo la realización de un homenaje combatiente al Che Guevara, así como logístico (armas y dinero) y, naturalmente, como demostración de fuerzas para alentar al movimiento estudiantil y sindical, duramente enfrentado al gobierno de dictadura encubierta de Pacheco Areco, en su sostenida resistencia a todo lo largo de 1968 y 1969.

En la retirada se produjeron enfrentamientos armados con las fuerzas represivas en un camino de acceso a Pando y mas tarde a campo traviesa. Tres combatientes,los jóvenes estudiantes Ricardo Zabalza, Alfredo Cultelli y Jorge Salerno, fueron vilmente asesinados por la represión luego de haberseles terminado la munición o por estar heridos, y haberse rendido.Fueron asesinados cuando estaban desarmados,con un tiro en la nuca (Zabalza), por la espalda (Cultelli) o por fuego cruzado de fusilería (Salerno).Varios prisioneros màs salvaron sus vidas por la presencia de periodistas.

http://a136.idata.over-blog.com/3/04/72/13/16/Ricardo-Zabalza--Small-.jpg

Cerca de una veintena de combatientes fueron detenidos,varios de ellos heridos. Entre los detenidos se contaban el hoy ministro de Defensa Eleuterio Fernandez Huidobro y el hoy Coordinador de Inteligencia de la Presidencia, Augusto Gregori.

Demás esta decir que el impacto mediatico fue enorme, tanto a nivel nacional como internacional, particularmente en la Región. Las consecuencias fueron de carácter inmediato y también de largo plazo, tanto en las filas revolucionarias como, particularmente, en las gubernamentales y de la represión.

Se han publicado varios libros que describen detalladamente los hechos. Hoy queremos detenernos en las consecuencias, así como en algunas consideraciones sobre el proceso que se desarrollaba en el país y que conduce a la Toma de Pando, y reflexionar sobre el cambio que se genera a partir de Pando.

PRIMERA CONSIDERACION :
LA TOMA DE PANDO ES UNA CONSECUENCIA DEL PROCESO DE LUCHA POPULAR

Si bien es cierto que fue la guerrilla tupamara la que decide tomar Pando, este hecho es un resultado del proceso de lucha popular que se venia viviendo en el país desde los inicios de 1968. No es una acción "descolgada" de la realidad que enfrentaba el pueblo sometido a una muy dura represión, masivas detenciones en cuarteles militares y a la aplicacion de las llamadas "Medidas Prontas de Seguridad" que no eran mas que una dictadura encubierta en la cual se habían anulado las libertades individuales, los derechos ciudadanos y atropellado la libertad de expresión, de prensa y de manifestarse publicamente.

En esa oportunidad la guerrilla tupamara actúa como un destacamento màs del pueblo en lucha que con su acción contribuye a este combate y a golpear a la represión y al gobierno semi-dictactorial. Es parte de esa lucha popular buscando alentarla y demostrando que el gobierno no ejerce el fèrreo control que proclama.

No es una acción intempestiva ya que es un resultado lógico de la agudizacion del enfrentamiento con el fascismo, la oligarquía y el conjunto de la clase burguesa que pretendía quebrar la organizacion sindical y popular y de esta manera llevar adelante sus planes de hambre y saqueo, como lo hizo posteriormente de instaurada la dictadura cívico-militar en 1973. Resultado lógico porque el movimiento popular, el sindical, el estudiantil y aùn màs, la izquierda de aquellos tiempos, no retrocedía ante los embates represivos. Por el contrario, continuaba con sus luchas y las radicalizaba y generalizaba. Es decir que la guerrilla tupamara con la Toma de Pando, actuò en el espíritu del combate popular en curso, o dicho de otra manera: se correspondió a la subjetividad de este movimiento y al nivel de definiciones alcanzados.

Esto ùltimo no quiere significar que la totalidad del movimiento popular, ni siquiera una mayoría, estaba subjetivamente preparado o definido para el enfrentamiento armado a la represiòn. Quiere si significar que la acción armada de Pando corrió por los carriles ampliamente aceptados por el pueblo en lucha, de hacerle frente a la oligarquía, al gobierno y a la represión. A como diera lugar. Con piedras, barricadas, ocupaciones de lugares de trabajo y de estudio, manifestaciones masivas o "relámpagos", el pueblo en lucha no retrocedia y daba en la calle y en el enfrentamiento directo su respuesta a la ofensiva represiva. Si algunos destacamentos salidos de las filas del pueblo, la guerrilla tupamara por ejemplo, decidìan entonces enfrentarse con las armas en la mano a la represión, no eran rechazados por el pueblo en lucha, màs bien fueron vistos -como lo que eran- un destacamento de avanzada.

Por estas razones las acciones del MLN de todo ese perìodo (Casino Carrasco, Casino San Rafael, detención de Pereyra Reverbel, Financiera Monty, Radio Sarandi) fueron acogidas con alegría, entusiasmo y como parte de la misma lucha en la que todos estaban comprometidos. Los efectos de Pando fueron,en consecuencia, enormes en cuanto al crecimiento de la popularidad del MLN en el pueblo trabajador en general y en los sectores màs combativos en particular. Esto generò, entre otras cosas, un gran crecimiento del MLN con posterioridad a la Toma de Pando, nutriéndose de mucha militancia sindical y particularmente estudiantil que tomò Pando como una clarinada para pasar a otro nivel de lucha. Màs aùn cuando se diò a conocimiento pùblico quienes habían sido los protagonistas de la toma y de los combates posteriores, ya que eran militantes populares y estudiantiles muy conocidos en sus ámbitos de militancia.

Con los participantes en Pando (y ya con otros ejemplos anteriores) se termina con el "halo de misterio" de la organizaciòn guerrillera.Sus integrantes eran gente militante, conocida, que hasta el dia antes activaban en sus frentes de estudio y de trabajo y que de pronto aparecìan integrando un comando "Che Guevara" que se tomò Pando armas en mano. El efecto fue muy grande. Y si bien no altero el hecho de que -por primera vez-un nùmero tan elevado de combatientes eran detenidos, lo que significò un serio revés militar y organizativo, operò positivamente en cuanto al ejemplo. Millares de personas, de militantes, constataron que la guerrilla tupamara era "de carne y hueso" (y sangre derramada) compuesta por sus iguales.

De hecho esto alentó a muchos militantes a dar un paso al frente e incorporarse a la lucha armada.Es decir, que la supuesta "victoria" de la represión generò un crecimiento que multiplico en varias veces lo que habían sido las pèrdidas de combatientes y por lo tanto fortaleció a la guerrilla. Concretamente.

Fuè el corolario de la dinámica que la represión gubernamental había generado con la pretensión de que a palos, con gases, matando estudiantes, deteniendo centenares de sindicalistas en los cuarteles militares, cerrando diarios opositores,etc, hacer retroceder al pueblo e imponerle sus "recetas" económicas que significaban rebaja de salarios, del nivel de vida, empeoramiento de la educaciòn y la salud pùblica. Es decir que mansamente aceptaran el saqueo y la prepotencia represiva.Ya habían asesinado a Liber Arce militante estudiantil, comunista, disparándole por la espalda y a los estudiantes Hugo de los Santos y Susana Pintos, tambien comunistas, asesinados con las escopetas "riot" que los yanquis habían enviado presurosamente como "ayuda humanitaria" al gobierno, después de haberlas probado asesinando a docenas de vietnamitas que protestaban pacíficamente

La suerte estaba echada: la burguesía, la oligarquía toda, los banqueros con el apoyo del imperio yanqui y las vecinas dictaduras de Brasil y Argentina, se habían decidido a aplastar al fuerte movimiento popular en Uruguay, a los sindicatos, al movimiento estudiantil y, claro esta, a la izquierda. La diferencia en este perìodo, en comparaciòn con anteriores, es que la agresión fue mucho mas brutal y...que el pueblo trabajador no retrocedió sino que hizo frente, desarmado pero con una voluntad combativa que no ceso durante todo ese periodo. Al no retroceder el movimiento popular el gobierno agudizaba la represión y el pueblo en lucha se defendia con un combate que también se radicalizaba. El que en ese contexto, un destacamento popular, agudize el enfrentamiento fuè un resultado de lo anterior, no una decisión unilateral y desconectada de la realidad. Y por si faltaran comprobantes: la represión en Pando se "salta la barrera" cívica, la de la "lucha leal entre orientales" y muestra sus fauces asesinas: ejecuta a prisioneros y trata de matar a todos los restantes. En ese sentido Pando es una continuación del asesinato de Liber Arce, Susana Pintos y Hugos de los Santos, en una versión profundizada que ya anunciaba los tiempos que se venían. En Pando se aplastaron los mitos de juicios con garantias, respeto a la vida de los prisioneros y heridos, y respeto al "enemigo" rendido y desarmado.

http://www.radio36.com.uy/entrevistas/2016/12/29/clip_image016_0002.jpg

SEGUNDA CONSIDERACION :
SIEMPRE HUBO UN SOLO DEMONIO, EL SISTEMA CAPITALISTA Y SU REPRESION

Alcahuetes histrìonicos, fieles servidores de la oligarquía y del imperio han pretendido -con posterioridad, por supuesto- hablar de los "dos demonios". De que todos los males en el pais, la dictadura y sus consecuencias (millares de detenidos y torturados, desaparecidos, robos de bebes, asesinatos en la tortura, en las prisiones y también acribillados por la espalda en la calle o en sus domicilios) así como "el escuadrón de la muerte" con su secuela de crimenes y atentados, màs el saqueo desenfrenado de la soldadesca y acólitos, tanto a los bienes del paìs como a los privados de los "sospechosos", han pretendido que toda esa gama de actos gangsteriles y mafiosos, se debió a que en el país - por arte y milagro - habían surgido "dos demonios" que a través de su enfrentamiento trajeron la dictadura y la ruina.

Estos políticos profesionales que no movieron un dedo ni siquiera para defender SU democracia burguesa, y que al contrario, fueron aplaudiendo y alentando, dando sus votos en el Parlamento y escribiendo sus editoriales llamando a la "lucha contra la sedición"(SIC), pretenden ahora dar un paso atrás, desentenderse del asunto, limpiarse las manos, colocarse de bondadosos neutrales y echarle las culpas a "los demonios". En el razonamiento maquiavélico de esta gentuza los "demonios" fueron la guerrilla tupamara y los militares.

Los militares fueron tomando el poder pedazo a pedazo, amparados por las leyes que estos seudo-demócratas iban votando o refrendando, y amparados también en la marea de odio antipopular, antisindical, antiestudiantil, anti prensa libre y opositora, anti izquierda, anticubana, anticomunista y anti guerrilla. El aparato militar, la casta de zànganos de la oficialidad, no llegaron al poder por cuenta propia, fueron llamados, apuntalados y encomendados. Moviendo los hilos: el gran capital, la oligarquía, los banqueros y la burguesía, y votando, los laderos que hoy hablan de dos demonios. Nadie puede olvidar los permanentes ataques al movimiento sindical, pidiendo mano dura y reglamentación sindical, a la izquierda y a lo que llamaron el "castro-comunismo", el odio que fueron esparciendo por todos los rincones del país ya desde el triunfo de la Revolución Cubana en adelante, a pesar de que la izquierda era -electoralmente hablando- ìnfima. Durante todo el 68 apuntalaron la cuasi-dictadura reclamando airados represión al estudiantado.

En ese clima que fueron creando, cerrando todas las puertas y anulando los derechos democráticos y libertades publicas, se fue cocinando a fuego lento la "solución final", en la Jefatura de Policia, en los Departamentos de Inteligencia y, màs que nada, en los casinos de oficiales en todos los cuarteles militares. La prèdica actual de los "dos demonios", es la coartada que estos còmplices civiles y políticos, buscan agenciarse cuando siguen saliendo a luz los latrocinios a los que sometieron al pueblo todo. Siempre hubo un solo "demonio": la oligarquía y todos los grandes banqueros y burgueses. Esos han sido siempre EL DEMONIO que, desde los principios ya ha expoliado y reprimido al pueblo. A este demonio le molestaron siempre las huelgas, las manifestaciones estudiantiles, mas aùn las ocupaciones y, claro esta, las barricadas, o la organizaciòn de los trabajadores rurales, y el que hubiera gente que hablara de un mundo mejor llamándolo socialismo, comunismo, anarquismo y hasta solamente justicia social. Este demonio siempre atacò con violencia estas expresiones. Siempre. Usando a la policía, mas tarde a la inteligencia policial, luego a los grupos de choque, y a los escuadrones de la muerte anidados en su seno, para jugarse la ùltima carta que fueron las parásitas FFAA.

A medida que el demonio fascista fue acorralando al pueblo que luchaba por sus reclamos - creyendo todavía que había una democracia que lo permitia - se fuè generando una respuesta popular acorde al nivel de represión.
Es en este contexto que se dan las luchas de 1968-69-70-71 e incluso 72. Son luchas de todo un pueblo con múltiples expresiones, desde el paro o huelga mas elemental, hasta prensa de denuncia, desde cantores populares a lucha de guerrilla. Estos plumíferos pretenden separar, al interior de lo que fue la compacta resistencia popular, los que tomaron las armas, de todo el resto. Desconociendo, como esta harto probado, que el ser periodista o escritor, o dirigente sindical, o sacerdote, no le impidió a centenares de militantes, también pertenecer a la guerrilla.

En Uruguay no hubieron "dos demonios" que por su enfrentamiento arrastraron al resto de la sociedad a lo que desembocò en la dictadura. Hubo uno solo que siempre reprimió y trato de aplastar. Si unos contestaron con mayor violencia, la guerrilla en este caso, no los coloca como "demonios" ya que se estaba respondiendo, con métodos mas contundentes DESDE LA BARRICADA DEL PUEBLO asediada por el fascismo.

Pando entonces, no es expresión alguna de "dos demonios" es respuesta a la agresión asesina del único demonio actuante, conocido y...CON PODER. Porque los plumíferos han pretendido mancillar la memoria de los mártires atribuyendo su asesinato al choque de los "dos demonios" y a las "consecuencias colaterales" de este enfrentamiento. En Pando se detuvieron a policías y al Jefe de la Policía, ninguno fue vejado, maltratado y menos asesinado. Los 49 combatientes no se aprovecharon del control de la ciudad para cometer tropelías contra la población, se llevaron dinero de los bancos, actuaron con respeto a los civiles, a los retenidos o detenidos. Que diga entonces públicamente , por ejemplo el ex-presidente Julio Sanguinetti, de donde saliò la orden para "rematar" a los guerrilleros prisioneros desarmados y heridos, de donde partió la consigna de que "hay que matarlos a todos". Partiò del DEMONIO , del demonio policial y del demonio gubernamental del presidente Pacheco Areco, perteneciente al mismo partido de Sanguinetti.

El demonio represor , violando todas las leyes uruguayas e internacionales en la materia, procede a la ejecución sumaria de los prisioneros. El demonio represor traspasa la raya de los valores democráticos, de la misma manera como lo hizo con Liber Arce, Susana Pintos y Hugo de los Santos. Cada vez que los trabajadores ocupaban SU lugar de trabajo, ahí llegaban los demonios y les tiraban gases, apaleaban , vejaban y detenían. Y si alguien respondía tirando una piedra eso ya era carta blanca para volcar todos sus recursos contra ese "demonio" que quería hacerse respetar. Lo mismo cuando los estudiantes secundarios trataban de ayudar a algún manifestante apaleado por los "valientes" patoteros de las fuerzas de choque. La diferencia entre esos "demonios" y el "demonio" de la guerrilla es solo de grado en la respuesta, pero los motivos de la respuesta son los mismos.

TERCERA CONSIDERACION :
LAS CONSECUENCIAS

A partir de Pando la represión pasa a tomar màs en serio las posibilidades militares de la guerrilla tupamara del MLN T y en consecuencia entra en estado de alerta permanente. Una falta de vigilancia puede llevar a operaciones militares de envergadura (como igualmente se dieron a partir de ese momento, particularmente con la toma del Cuartel de la Marina). La represión policial se militariza aùn màs y el gobierno siente el golpe de un desafío de la envergadura de Pando (en aquel entonces). Las proclamadas "victorias" ante detenciones de combatientes conocidos, perdieron su efecto publicitario, ya que después de "haber asestado golpes demoledores a la sedición", esta como el Ave Fenix, era capaz de responder a un nivel aùn mas elevado.

En lo interno del MLN T lo de Pando repercute negativamente en el sentido de la detenciòn de un elevado numero de combatientes. Pero esto se ve prontamente superado por el aluviòn de nuevos reclutas que la misma acción y su difusión pùblica genera, lo que mas tarde va llevando a la represión a tratar de ahogar la información al pùblico, habida cuenta de sus efectos favorables para la guerrilla.

La toma de Pando seguramente no fue la primera en su gènero en América Latina (Colombia, Guatemala, etc) pero si la mas impactante en la región del Cono Sur sirviendo de ejemplo para similares acciones, por ejemplo en Argentina.

El Balance realizado por el MLN que se resumió en el "Balance del 69" terminaba con la consigna: "Mas Pandos"
Es decir que para el MLN la Toma de Pando no había sido una derrota - como no lo fuè - y al contrario, marcaba un camino a seguir.

Aquí aparece lo que muy acertadamente ha sostenido Jorge Zabalza en diversos escritos: se genera -en la interna del MLN- la mentalidad de que se estaba en camino de construir un doble poder, un poder guerrillero que desafiaba al poder burgués. La toma de ciudades, comenzando por Pando, como èl lo explica, serìa el inicio de una mentalidad estratègica que buscaba la ocupaciòn de ciudades, por màs tiempo, hasta culminar con lo que seria el gran desenlace estratègico: la toma de Montevideo.

Este triunfalismo es - en parte- consecuencia del resultado social, en la opinión pùblica, màs que nada militante, y en el reclutamiento de combatientes y simpatizantes, de la Toma de Pando. Por desgracia llevó agua al molino de lo que siempre había estado en germen en el aparato guerrillero y sobre el cual ya se había advertido en unos de los primeros documentos (marcàndolo como una desviaciòn), LA MENTALIDAD APARATISTA, es decir la que colocaba al aparato y sus intereses por encima de todo,incluso - por supuesto- del nivel de disposiciòn para la lucha de los sectores populares. Arrancando con mucha fuerza interna desde Pando, con altibajos, va marcando el rumbo estratègico del MLN T, en lo que se consideraba la estrategia del doble poder.

Esto condujo a un cada vez mayor distanciamiento entre el nivel de conciencia y organizaciòn popular y los desafíos de la guerrilla. La llevò, como bien explica Zabalza y muchos otros, a una lucha entre aparatos, lo que condujo a la derrota de 1972 y la eliminaciòn de unos de los dos principales obstáculos del DEMONIO FASCISTA (el otro, como se sabe, lo era la organizaciòn popular, que enfrenta el golpe y la instauración de la dictadura, con 15 días de huelga general y la ocupación de los centros de trabajo y estudio, hecho único en dimensión y duración en toda América Latina).

La concepción aparatista se aleja del objetivo inicial de ser un destacamento màs, de vanguardia sì, pero uno màs, de la lucha de todo el pueblo trabajador y pasa a operar con objetivos propios, nacidos en el mismo aparato, sin correlación con la situación política y el nivel de organizacion y conciencia del pueblo. La guerrilla debería operar como detonador, como ejemplo, no sustituir con su aparato y desde su aparato, a la organización popular. Esta concepción confundió de manera muy dramática lo que los revolucionarios de otras latitudes habían explicado, escrito y llevado adelante: el doble poder. Es decir el poder dual. El de la burguesía por un lado, con su gobierno y sus fuerzas armadas, y el del pueblo en lucha, por el otro, también con sus instituciones, su gobierno dual y sus propias milicias o destacamentos armados.

Lo mas probable es que se mezcló la tesis de que el partido proletario debía ser el que guiaba el proceso, con la tesis de que el partido debería tener el poder. En el caso de la Revolución Rusa, por ejemplo, que es el màs estudiado al respecto del doble poder, las tesis eran que el Congreso de los Soviets (consejos) obreros, campesinos y de soldados, eran la instancia democrática proletaria, su "parlamento" digamos así, y que allí se elegía también una dirección, DE LOS SOVIETS, y que estos dictaban leyes y también tenían sus destacamentos armados para la defensa de su poder. Durante un período existieron entonces dos poderes. Uno el de la burguesía y el otro el del proletariado.Unos y otros hacían leyes o emitían decretos y su aplicacion dependía de la correlación de fuerzas en concreto en cada lugar, regiòn o aùn centro de trabajo. Unos respondían al gobierno burgués y otros al proletario.Y cada uno con sus fuerzas armadas. Naturalmente que no era una "coexistencia pacífica" sino una disputa, una lucha entre ambos,que màs tarde desemboca en la misma Revolución Rusa y la Guerra Civil posterior.

Lo que podríamos decir fuè la pràctica concreta en ese perìodo de doble poder era que el poder del soberano estaba en el Congreso de los Soviets, basado en millares de Comités (o soviets) locales, por fàbrica, por región en el campo, por regimiento, etc. La concepción inicial (habida cuenta de que los primeros soviets ven la luz en la Revolución de 1905, como creación espontánea y natural,desde las bases del pueblo trabajador para dotarse de instrumentos propios) de ninguna manera considera que el doble poder es el enfrentamiento entre el poder burgués y el de UN PARTIDO proletario, por màs que fuera muy influyente entre los trabajadores.
Ligado a ello esta el problema de la democracia proletaria, en el seno del pueblo.

Sin embargo, quizás por haber sido el màs difundido y conocido, para nada el soviético fue el único caso. Un ejemplo de gran peso es el chino cuando el Ejèrcito Popular controló enormes extensiones de China y una infinidad de ciudades y zonas campesinas, otro, Viet Nam cuando el "doble poder" digamos así, enfrentó durante decenios el poder popular del Norte con el poder tìtere apuntalado por el imperialismo francès primero y luego el yanqui, lo mismo con las guerrillas de Tito en Yugoeslavia cuando la ocupaciòn nazi, y màs concretamente en América Latina, lo que fue el poder revolucionario desde la Sierra Maestra, el sandinista durante 1978 y parte de 1979 hasta el triunfo, que controlaban importantes regiones y esporàdicamente ciudades, hasta ir creciendo en potencial y lograr derribar el poder somocista, así como también el que durante largos periodos se materializò en El Salvador en los 80s. Y para finalizar con los ejemplos, el de Colombia con zonas liberadas desde hace màs de medio siglo, bajo gobierno de la guerrilla.

Estos ejemplos que son los que han existido tuvieron , o tienen, una caracterìstica en común: es un partido, una organizacion, un frente político, o una guerrilla, las que dominando una parte del territorio y estando en guerra con el gobierno central (burgués-imperialista) ejercen un poder real, son sì un doble poder. Pero de una organización, no un poder que ejerce el pueblo trabajador mismo a través de sus propios instrumentos un poder que se haya organizado desde abajo y haya ido reuniendo fuerzas e influencia para ser aceptado como tal, como poder, por amplios sectores del pueblo.

Sin que haya sido la intencion de los combatientes y tampoco motivo de reflexiòn posterior cuando se fue desarrollando  en el MLN T y desde el mismo las tesis del doble poder, objetivamente se tocò una problemàtica fundamental para los movimientos populares y revolucionarios, de ayer, de hoy y del futuro: que tipo de poder se pretende , quienes seràn los que lo ejerzan y bajo que formas.

Siendo una de las problemàticas centrales para el movimiento popular, quisimos solamente anotar esta consideración. Sigue vigente cuando hoy en día la mayoría de la izquierda en Uruguay e incluso un buen nùmero de los integrantes del MLN T, así como la de otros paises en América Latina han optado por desarrollar sus tesis del poder, desde los ámbitos del poder burgués, es decir desde los instrumentos de poder del estado burgués.
Viendo la situación internacional y latinoamericana y la evoluciòn de los conflictos, no nos queda la menor duda de que en el futuro el estado burgués se va "a depurar" y recurrira a las variantes colombianas, de Honduras, de Mèxico, etc, y quizás pronto la nueva variante chilena que ya se viene anunciando. Cuando esto suceda el problema del poder se  volvera a plantear con toda su crudeza: o la burguesía, la oligarquía y el imperialismo imponen sus crudas "soluciones a la crisis" (Grecia, y pronto media Europa) o el pueblo trabajador no acepta pagar las consecuencias, resiste y se va dotando de instrumentos propios de poder.

Rosendo

PUBLICADO POR EL BLOG EL MUERTO
ENVIADO POR MIGUEL ANGEL OLIVERA Y NESTOR DURANTE


Publicado por el Blog El Muerto sábado, 9 de mayo de 2009

LOS FUSILADOS DE PANDO

por ANAHIT AHARONIAN

Al rescate de la memoria de nuestros luchadores

“También Ricardo Zabalza
cayó porque le tocaba
pero él sabía que en la causa
por la que tanto luchaba
palabras que no coinciden
con hechos no vale nada”[2]
Íbamos a sacar a Ricardo del olvido. Pasaron casi 40 años, su lucha sigue vigente, es la de ayer, la de hoy y será la de mañana en tanto haya una sola injusticia en esta tierra. Es necesario recordar y contextualizar para comprender que no fue casual el proceso de luchas de liberación en toda América Latina. Gracias Maestro Homero Guadalupe, que con tus jóvenes noventa años impulsaste este encuentro, mil gracias. Tan profundo ha sido el operativo desmemoria, que elijo transcribir parte de la convocatoria:

Ricardo era un joven minuano, asesinado a los 20 años, el 8 de octubre de 1969.
Era tupamaro y participó ese día en la toma de Pando.
En ese marco, participó en un tiroteo en el que fue herido, y se entregó.
Lo hicieron caminar una cuadra hasta un camión de la Guardia Metropolitana.
Allí lo tiraron al suelo y lo ejecutaron de un balazo en la nuca.
El lunes 27 un grupo de minuanos, con el consentimiento de su familia, colocará una placa recordatoria en su homenaje, en su propia casa de Minas.

Construcción de Memoria

Siguiendo a Nun[3], “un archivo no es la memoria” (en este caso una placa recordatoria). Citando a Todorov, Nun toma la memoria como el “recuerdo ejemplar”, es decir el uso de la memoria como principio de acción sobre el presente. Prioriza la memoria como constitutiva de la identidad, agrega que mediante la memoria podemos restablecer el derecho de las víctimas, ya que mientras ese crimen quede impune, se confirma que la víctima no tenía esos derechos, que quien se los arrebató tenía razón y finalmente señala que el principio de acción sobre el presente es prevenir su repetición.

Abril de 2009

“Minas” era el destino, debíamos estar en hora en este homenaje tan postergado. Llegada/abrazos amigos y compañeros, el reencuentro con Mabel -hermana de Ricardo-, con quien habíamos compartido actividades sociales en los ´90 en la zona de Millán y Lecoq, en Montevideo, donde ella continúa haciéndolo. Nos llevó a conocer la casa, el estudio del padre, el lugar donde ella hoy atiende a sus pacientes, arriba estaban sus primos paternos, los maternos –nos dijo- ya no están. La placa en homenaje a Ricardo esperaba ser descubierta a la derecha de la entrada de la casa.

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiysW49IzmRoGkRnd4fnKT5wLIgKgM3-NLBKUZ5q2ZC55cFjdf1UN3pFiSfpA_FABopcpzeocFFhG2ogVeYQlG3dWzItaJyLEXxo9J30un0GT1x52pQeApHxfzJX0SkrNqF3zot-779DgVE/s400/Placa+Ricardo.jpg

Otros abrazos fueron los de aquellos minuanos que nos recordaban cuando hace varios años fuimos a charlar e intercambiar (¿estaríamos sembrando entonces?) sobre nuestro trabajo en la construcción de la memoria colectiva[4].

Mabel-hermana de Ricardo dijo:

Agradezco las palabras, la flor en su tumba, la amistad, 40 años…también este recuerdo público que los amigos hacen en Minas. Ciudad natal y primer nido que acuñó el pensamiento revolucionario de Ricardo. Hermano que eligió vivir por siempre en las luchas populares y el combate al Cóndor asesino en América.
Los desaparecidos y los asesinados son semillas de libertad, referentes morales, testigos por siempre…de las opciones políticas que sus compañeros de generación tomamos en esta tierra querida.

De todas partes llegaron compañeras y compañeros, los compañeros que trabajan en la Memoria en Paysandú trajeron un mensaje, hubo otros mensajes, entonces Jorge-hermano de Ricardo- tomó el micrófono pero no pudo continuar, le ganó la emoción.

También Silvio-compañero escribió:

Descubrir esta placa es no sólo necesario sino imprescindible. El homenaje a Ricardo "Mauricio" Zabalza es doblemente sentido por mi por varias razones. Ricardo fue un revolucionario ajusticiado en la lucha por la liberación nacional un 8 de octubre de 1969.Tengo dos hijos, mi hijo mayor ya no está entre nosotros. Mauricio Ramón fue el nombre que le elegí al nacer en 1972, en honor a "Mauricio" y a ese gran latinoamericano caído en Bolivia un 8 de octubre de 1967."Ramón" fue el nombre que usó el Che en la campaña de la guerrilla boliviana. Liberar del olvido a "Mauricio" es liberar a Ricardo Zabalza de la clandestinidad, hacer honor a la memoria, a la verdad, a la justicia en este Uruguay con aun más sombras que luces.

Hay mucho por hacer, continúa la lucha por rescatar a nuestros compañeros del olvido, es largo el camino y duele en lo profundo que no sea sólo por la impunidad, es seguro que podremos situarlos a todos en un pie de igualdad.

Veinte años tenía Ricardo y lo asesinaron. Como tantos “nosotros”, Ricardo entregó su vida en el camino hacia un mundo diferente, un mundo no capitalista, uno sin explotadores ni explotados, un mundo de justicia social.

La placa –refiriéndose a sus asesinos- dice “Caído en el suelo…fue ejecutado con un tiro en la nuca por un soldado que recibió la orden de un coronel. De ambos se sabe sus nombres”. Los asesinos no han sido juzgados, ¿hasta cuándo?

ANAHIT AHARONIAN


[1] Ellos son, por orden alfabético: Alfredo Cultelli, Jorge Salerno y Ricardo Zabalza.
[2] Pasaje del Corrido de la mexicana-exiliada en Chile Judith Reyes, que allí cantó Daniel Viglietti, quien lo estrenó el año pasado en el Teatro Solís y que será parte de su próximo disco.
[3] José Nun, noviembre de 2002, en Revista “Puentes”, publicación del Centro de Estudios por la Memoria. www.comisionporlamemoria.org
[4] Compañeras del Taller Vivencias de ex –presas políticas
Publicado por el Blog El Muerto


Ocho de octubre de 2013: “RASTROJOS DE DIFUNTOS”

por Jorge Zabalza

Año 1979. Paso de los Toros. En el  Batallón de Ingenieros No. 3, al capitán Eduardo Ferro le decian “Llamarada”. Revistó durante seis meses en esa unidad, sancionado por  haberle pegado a un superior suyo. Un soldado al que golpeó malamente, debió ser internado en el Hospital Militar. Una vez a la semana Ferro entraba de capitán de servicio y tenía el cuartel a su entera disposición. Se daba una vuelta por las catacumbas donde estábamos recluidos con Raúl Sendic y Julio Marenales, ordenaba que nos llevaran a bañar... y qué hacía el muy energúmeno?... se entretenía en mirar nuestras desnudeces y hacer comentarios chistosos hasta que uno reaccionaba y terminaba castigado!. Nosotros no lo sabíamos, pero el tipo ya tenía harta experiencia en delitos de lesa humanidad:  en 1977, participó en secuestros a exiliados uruguayos en Buenos Aires, varios de ellos fueron desaparecidos; estuvo entre los secuestradores y asesinos del compañero Oscar Tassino; a fines de 1978 comandó en Porto Alegre el secuestro de Universindo Rodríguez y Lilián Celiberti y su traslado a la fortaleza de Santa Teresa para torturarlos. Verdaderamente, un experto en materia de Plan Cóndor.

Año 2013. Canteras de Marelli, cerca de Maldonado. Eduardo Ferro organizó un desayuno de trabajo. Al terminar la fiestita obsequió una “sorpresita” a cada uno de ellos: una bala punto 30 de carabina M1 o M2, el arma de los oficiales en los ‘70. Continúan en guerra contra el pueblo, sus organizaciones y sus militantes. Extrañan la sala de tortura, las violaciones, la libertad para asesinar y desaparecer “subversivos”, el placer de quebrar su condición humana y  valores, de adueñarse de los miedos del torturado.  El signo de los tiempos que corren es que “Llamarada” hay podido convertirse en caudillo de la movilización de los impunes. Al parecer, sus crímenes, que debieran ser repudiados, le otorgan cierto prestigio entre sus pares: 835 de ellos respondieron al convite, bastante más que los 600 del año anterior. Acumulan fuerzas protegidos por la política de olvidar y perdonar que caracteriza al elenco gobernante del Uruguay.  Hay una mutua  relación entre la cultura de impunidad dominante y el crecimiento político de los núcleos de terrorismo de Estado que sobreviven en las fuerzas armadas y el poder judicial. Si el gobierno tuviera una actitud decidida de búsqueda de la Verdad y la Justicia, a los gorilones se les cerrarían los espacios donde prosperan. En caso de continuar como hasta ahora, habrá que seguir soportando los zarpazos de los Ruibal Pino,  los Zubía y los Ferro, que hieren de muerte las esperanzas del nunca más dictadura. 

Salvador Allende

Apenas accedió al gobierno por la vía electoral, Salvador Allende emprendió un camino democrático hacia el socialismo, se tomaron  medidas concretas que apuntaban a independizar la economía cilena y a  desarrollar el poder popular. Tal vez confió demasiado en que las fuerzas armadas se mantendrían al margen; tal vez podía haber convocado el proceso insurreccional que pusiera todo el poder en manos del pueblo organizado y armado. Tal vez... muchas cosas más. Lo cierto es que apenas los dueños de Chile y el imperialismo sintieron que su poder estaba en peligro, decidieron abortar el experimento chileno. Cuando los pueblos traspasan ciertos límites, la clase propietaria no tiene ningún empacho en quebrar su propia legalidad y la institucionalidad democrática. Como está ocurriendo en Venezuela.  El 11 de setiembre de 1973 asesinaron a Salvador Allende y lanzaron su guerra de exterminio contra las fuerzas del pueblo chileno. 

Los ex-guerrilleros que hoy gobiernan el Uruguay no echaron en saco roto las lecciones del experimento chileno de los ’70,  tomaron muy en cuenta la existencia de límites que tienen vedado atravesar los gobiernos de izquierda y, por consiguiente,  se preocuparon por dejar en claro que los respetarían puntillosamente. Entonces obtuvieron el permiso para hacer política desde las instituciones que intentado derribar. 

Es más, se alejaron presurosamente de todo lo que oliera a lucha social o participación popular y, con la misma celeridad, corrieron a amigarse con los dueños del Uruguay y el imperialismo. Su política de acumulación de fuerzas se denominó el  “abrazo de las culebras”: en el 2010 firmaron el pacto del Conrad con el empresariado mercosureño y en el 2013 profundizaron sus relaciones con el capitalismo, al firmar en New York el pacto con Soros y Rockefeller. Mientras enfervorizaba sus feligreses con versos sobre consumismo y mercado, el presidente uruguayo hincó la rodilla en tierra para abrazarse a dos de las grandes culebras del planeta, los dueños del mercado mundial y los mayores promotores del consumismo.
 
Sin embargo, también es cierto que llegaron al gobierno montando una historia preñada de muertes y desapariciones, de torturas y violaciones.  “Andan sobre rastrojos de difuntos” al decir de Miguel Hernández.  Andamos, más bien, y por eso siento este nudo en las tripas. Los votaron porque fueron guerrilleros y encabezaron un movimiento que quiso hacer la revolución. Es completamente inmoral olvidar, tergiversar y ocultar esa historia de sacrificios y entrega revolucionaria. 

La inmoralidad política en que eligieron vivir les ha ido cambiando su forma de pensar, sus personalidades se fueron transformando en el curso de su vida de renuncios y concesiones, hasta que hoy día son reaccionarios en el sentir, el pensar y el actuar.  Es tan reaccionario como enviar tropas al servicio de las corporaciones internacionales para ocupar militarmente Haití y el Congo, es tan reaccionario como usar ilegítimamente la fuerza pública contra la pobreza excluída en las “zones rojas” y contra las luchas sociales y políticas des/calificadas por “radicales”.

Los ex-guerrilleros arrepentidos ya dejaron de cuestionar la naturaleza criminal del capitalismo y el despotismo que se esconde bajo la formalidad de la democracia burguesa.  Argumentando que las circunstancias del 2013 son muy diferentes a las del 1969, decretaron la abolición de las luchas revolucionarias. Su estrategia no se sale de los marcos de la legalidad burguesa y se desarrolla en el parlamento o en los medios masivos de comunicación.  Nada tienen que ver con el movimiento tupamaro liderado por Raúl Sendic (padre). De la gesta guerrillera de los ’60 sólo recuerdan  aquello que sirve a la campaña electoral, lo demás sobra y se arroja a la papelera.  Alfredo Cultelli, Jorge Salerno y Ricardo Zabalza nunca pensaron que sus muertes serían usadas para elogiar divisas ya desmerecidas y juntar votos a lo bobo.

Este 8 de octubre, al igual que todos los años, el Movimiento de Liberación Nacional  (Tupamaros), organiza un acto en la calle Tristán Narvaja para recordar a los caídos en la toma de la ciudad de Pando. Dicho con mayor precisión, esta caricatura de aquél  movimiento que pretendió hacer una revolución, organiza un remedo de homenaje a Jorge Salerno, Alfredo Cultelli y Ricardo Zabalza. Hablarán de cualquier cosa menos de las razones que los impulsaron a dar la vida en 1969. 

Termino pidiendo un poco de respeto a los que murieron luchando por la revolución. No sean tan hipócritas y dejen de hacer homenajes fallutos donde los únicos homenajeados son ustedes mismos.

Habrá patria para todos o para nadie!

Jorge Zabalza